50 AÑOS
Julio 1971
Un grupo de las doscientas azafatas jacetanas que han recibido a los cuarenta y cinco grupos participantes en el 9º Festival Folklórico de los Pirineos que da comienzo hoy 29 y que se prolongará hasta el próximo domingo 1 de agosto. FOTO BARRIO/ EL PIRINEO ARAGONÉS
(…) Abrimos España a la canción y a la danza del mundo entero. No a un grito de resentimiento ni de propósitos; no a un “paso a dos” académico y minoritario. Nuestra voz es autenticidad y nuestra danza alegrías de mozos y mozas partiendo de lo primitivo, sin rencor.
Jaca da una lección al mundo de comprensión, insinuación de espera en un planeta que gira localmente en un sistema solar, íntimo ante el Cosmos… Pero hay una verdad que es grande; la verdad pequeñita, la cierta verdad. Esa que nace en una unión con trompeta que la avisan para que la humanidad pueda estrecharse las manos… Lo colosal nunca es grande. Lo grandioso es la verdad que abre España a la tierra toda que pisan los hombres y mujeres de mentes distintas.
Pienso, sueño, creo, que ningún lugar del mundo ha sido capaz de unir lo más bello del sentir que esa calle Mayor de Jaca en su definición ante el Festival. Esa calle Mayor en un presentimiento de lo que pueden ser los caminos del mundo entero. No hay Economía, no hay Mercado Común –esa nueva aristocracia europea por ver en resultados–, no hay razas. En esa calle Mayor de Jaca, mundial por esencias conjugadas en lo natural, existe lección. Una lección evangélica para nosotros los católicos y para todas las religiones en las que el amor es fundamento. Una lección de la que son capaces de hacer y sentir los hombres cuando se encuentran sin presiones de bandos y de banderías, unidos en esa maravilla de la autenticidad y de la risa…; lo más bello de la vida es reír, reír siempre, o cuando se ha sufrido mucho, por lo menos, sonreír.
Nuestra ciudad abre al mundo la posibilidad de la sonrisa universal. Yo diría muy a gusto, que Jaca ha unido, al menos, la sonrisa de todos los hombres de buena voluntad. En esa calle Mayor está la sonrisa de todos los seres de nuestro planeta, aunque hayan llorado demasiado.
Acudid a Jaca ciudadanos de la tierra toda, con distintas administraciones. Acudid a sentiros hombres en esa quietud del Valle Aragón, donde las cumbres se enternecen para hacer de madres y extender sus haldas de cobijo a una llamada. Acudid a este Festival de Amor donde se reunirán la risa y la sonrisa. Acudid.
Y mezclaros en esa calle Mayor con la maravilla del folklore, con esos pueblos que tal vez, unos u otros, hayáis odiado en vuestro defecto humano. Jaca es un remanso de paz metida en un apaciguamiento de cresterías… España le debe a Jaca su origen, y el planeta en el cual viajamos un tanto airados como viajeros impertinentes, el propósito de hacer de todos los pueblos bandera de risa o de sonrisa en una calle Mayor, tan estrechita, que nos hace abrazarnos y participar en el mayor espectáculo del mundo: el Amor.
Espero, confío, creo, que un día todos “Iremos a Jaca”.