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25 AÑOS

Julio 1996

Trabajos de restauración realizados por una de las especialistas. EL PIRINEO ARAGONÉS

El próximo mes de octubre hará 204 años desde que el cartujo Fray Manuel Bayeu pintó los frescos que adornan el altar mayor de la catedral de Jaca. Son escenas de la vida de san Pedro, que se hicieron a petición propia del Cabildo de la Catedral, institución que en aquel entonces financió las obras.

Para las actuales generaciones de jaqueses, las pinturas de Bayeu han pasado prácticamente desapercibidas, pues su deterioro era tan apremiante que apenas se podían distinguir las figuras y los hechos que se narran en estos murales. El hollín, el polvo y, sobre todo, las humedades que han castigado en estos últimos años las paredes del principal templo de la ciudad, han dejado su ‘imparable’ huella.

Desde el pasado 15 de julio, un grupo de cinco restauradores ha comenzado a quitar el ‘velo’ que cubre estas pinturas, gracias a la intervención que está llevando a cabo el Ministerio de Cultura del Gobierno español. La inversión es de 15 millones de pesetas y esta fase afecta a la bóveda y a las cuatro pechinas. Jesús Lizalde, archivero de la Catedral, ha indicado que el ministerio ha mostrado interés en que se pueda completar la rehabilitación del conjunto pictórico, recuperando también los frescos de las paredes, los del lado del Evangelio y la Epístola, si bien será preciso que contribuyan a esa labor la Diputación General de Aragón y el propio Cabildo. Con tal motivo, próximamente se celebrará una reunión con vistas a buscar la fórmula más adecuada que permita la financiación de esta intervención, aprovechando la instalación de los andamios, lo que reduciría, a su vez, los costes finales.

Los restauradores han afirmado que, una vez que se lleve a cabo la restauración, el efecto que produzcan las pinturas sobre la gente que las contemple, será de sorpresa, especialmente para los jacetanos acostumbrados a ver simplemente unos murales grises y mortecinos que estaban cubiertos por el velo del tiempo (…)

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