En el apartado de curiosidades se puede citar la noticia que en el número del 5 de noviembre de 1970 informaba del traslado de la ermita de Sarsa, en el que participarían alumnos de Escolapios. No es menos llamativo el “pequeño festival taurino” que tuvo lugar en los fosos de la ciudadela en diciembre de 1971 y que se realizó para celebrar la patrona de Infantería. Una boda ‘hippy’ en San Juan de la Peña en abril del año siguiente y las protestas de varios lectores por la inclusión de Ansó en el País Vasco en septiembre de 1979 también tuvieron su reflejo en el semanario. En el apartado relacionado con las esquelas, habría que destacar la aparición en el número de 24 de noviembre de 1973 de una esquela en memoria de Joaquín Maurín. Éste fue un destacado miembro del Partido Obrero de Unificación Marxista que sufrió cárcel en Jaca durante la guerra civil y murió en el exilio en Nueva York y al que unos amigos dedicaron un espacio en El Pirineo Aragonés.
La llegada de los años setenta supuso también el advenimiento de las libertades tras la muerte del dictador y el periódico fue testigo de ello. Dos titulares se hicieron eco simultáneamente de la nueva época que se aprestaba vivir el país: “Franco ha muerto” y “Juan Carlos I de España. Rey de la Esperanza” encabezan los textos destacados. Durante estos años, hubo noticias que hablaban del desarrollo de la zona. La vocación de Jaca como “ciudad de congresos” se hizo realidad con la inauguración en junio de 1976 del Palacio de Congresos. El periódico informará puntualmente de los encuentros de todo tipo que se produzcan en este espacio, como lo hará también de las reuniones que se mantengan en la sede de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, sita en la Torre del Reloj e inaugurada en 1987.
Las expectativas que a finales de los setenta creó la existencia de una bolsa de gas natural también hizo correr ríos de tinta en el periódico. En julio de 1977 se informará de que el sondeo petrolífero se había hecho a 5.500 metros, el más profundo de España y en enero de 1979 se creía posible extraer un millón de metros cúbicos de gas al día. Las expectativas no pasaron de eso y poco tiempo después las prospecciones fueron abandonadas. Mientras tanto, la ofensiva olímpica de Jaca tomaba cuerpo definitivamente, y tras varios intentos, en febrero de 1990 se anunciaba la candidatura oficial de Jaca para organizar los Juegos Olímpicos de 1998. La elección en Birmimgham de la alternativa japonesa de Nagano también fue recogida después por el semanario, que ha apostado desde el primer momento por apoyar cualquier iniciativa que se tome en este sentido. Las aspiraciones jaquesas de organizar un gran evento deportivo se vieron parcialmente satisfechas con la puesta en marcha de las Universiadas de 1981 y 1995, el Festival Olímpico de la Juventud Europea (FOJE), ya en 2007 o las sucesivas candidaturas olímpicas de 2002, 2010 y 2014.
La actividad informativa del semanario continuó durante toda la década de los ochenta y los primeros años de los noventa centrada en el pequeño devenir cotidiano. Junto a empresas de más envergadura y referencias internacionales de la ciudad, El Pirineo Aragonés también reservó un hueco para las noticias con un componente más local. Ese fue el caso de los títulos obtenidos por el Club Hielo Jaca, las subidas y bajadas de categoría del Jacetano o la presentación de libros que iban descubriendo el pasado de la ciudad y sus dominios –ese sería el caso de Jaca, dos mil años de historia de Domingo Buesa Conde o de El Viernes jubiloso de Juan Lacasa, por poner sólo dos ejemplos”. Las sucesivas elecciones municipales, y con ellas las reelecciones hasta 1995 de Armando Abadía, alcalde durante 26 años, o los considerables aumentos del presupuesto municipal a medida que iban pasando los años han sido algunas de las noticias más destacadas en lo referido a la información municipal.
Por las páginas del semanario también han pasado otros aspectos con tintes menos oficialistas: la creación en 1985 de los doscientos cincuenta años de los Escolapios en Jaca, la recuperación en 1990 de la Banda de Música, la sucesiva aparición de las peñas Enta Debán, Charumba, Asociación Cultural Jacetana y Estrapalucio, la restauración de la iglesia parroquial de Abay a cargo de la Asociación Sancho Ramírez o las múltiples exposiciones de todo tipo que han acogido las diversas salas de la ciudad.