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“Solo el empeño de un soñador  ha conseguido devolver y recuperar en todos su esplendor la Sala Capitular del Monasterio de Sigena que podemos ver en una exposición extraordinaria que en estos momentos se puede visitar en Zaragoza”

Recreación de uno de los detalles de las pinturas de la Sala Capitular del Monasterio de Sigena. SE

“Cuando los ayudantes hubieron recogido todo el material y todos los utensilios ya estaban colocados en el carro que les llevaría al próximo encargo en tierras italianas, el maestro se encerró por fin solo en la Sala Capitular, se sentó en una de las bancadas laterales y comenzó a contemplar extasiado la obra en la que había estado trabajando los últimos años. Comenzó por el artesonado, la recreación del cielo en una explosión policrómica que representaba la gloria de los cielos, la salvación. Luego fue recorriendo todo el Antiguo y Nuevo Testamento que había recreado para que los fieles pudiesen comprender en las imágenes pintadas al fresco los relatos sobre la expulsión del paraíso, sobre la historia del pueblo elegido, sus penurias y huidas, sobre la Navidad y la Pasión del Dios en la tierra. Contempló por última vez los rostros de todos los patriarcas, de toda la genealogía del Elegido. Le dieron ganas de dar un último retoque a una de las cabezas de dragón del bestiario creado para asombrar e intimidar al visitante, lástima que el andamiaje ya estuviera retirado. Toda la sala había recobrado vida en las escenas que representaban los Evangelios en una explosión de colores, en unas imágenes realizadas con un detalle y unas expresiones nunca vistas por estos lugares. Por fin sintió que su obra había acabado, que el encargo de preservar el legado de la cristiandad quedaba a salvo después de la pérdida de Tierra Santa. Sintió que las generaciones venideras podrían seguir entendiendo las Sagradas Escrituras aun sin saber leer. Finalmente, salió del recinto, cerró la puerta de la sala y dejó su legado para la posteridad”.


Muchos siglos después la sinrazón, el integrismo político y finalmente el expolio consiguieron acabar con una de las máximas maravillas del arte románico. Solo el empeño de un soñador, rodeado de un equipo multidisciplinar, con un trabajo meticuloso y muy documentado ha conseguido devolver y recuperar en todos su esplendor la Sala Capitular del Monasterio de Sigena que podemos ver en una exposición extraordinaria que en estos momentos se puede visitar en Zaragoza en los Depósitos del agua del Espacio Pignatelli; pinturas al fresco, uno de los artesonados, reproducciones digitales de las escenas que llevaban las paredes y por fin, ver con nuestros propios ojos la Sala Capitular en una inmersión virtual que nos hará comprender la magnitud y maravilla del proyecto de recuperación que se ha llevado a cabo, la experiencia nos dejará con un sentimiento de sorpresa, maravilla y gratitud.

Queda pendiente que las autoridades de las distintas administraciones, los gobiernos de las autonomías implicadas (Aragón y Cataluña) y el Gobierno central tomen nota y hagan un ejercicio de memoria histórica para que la recuperación del Monasterio de Sigena sea una realidad y no una exposición. Mientras tanto, no dejen de visitarla.

Firmado: LUIS GONZÁLEZ CARRILLO
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