Montaje fotográfico realizado en 2020 con motivo del 50º aniversario de los jacetanos nacidos en 1970.
Leía hace unos meses, en la novela Música de Ópera de Soledad Puértolas, como su protagonista, Dña. Elvira, se sentía cansada y vieja al cumplir los 50 años. Me sorprendí al pensar que yo tenía la misma edad y no me identificaba, para nada, con ella. Este fin de semana, con 51 años ya cumplidos, no me he podido sentir más llena de vida.
El encuentro en Jaca de la generación del 70 para celebrar, con un año de retraso, su quincuagésimo aniversario me ha constatado que no soy la única.
No estábamos muchos, pero creo que, tanto los asistentes al evento, como los ausentes por diversos motivos, representamos ese espíritu de una gran generación con muchas ganas de reír, emocionarse, jugar, ilusionarse, sorprenderse y superarse. Y esta celebración ha sido una muestra de ello.
Participantes en el encuentro de este sábado en Jaca.
Regreso a mi lugar de residencia actual con una gran sonrisa en el rostro y brillando con la luz de un millón de estrellas. Y sospecho que no estoy sola en este viaje. La infancia y adolescencia que vivimos en Jaca nos ha dado, a todos y cada uno de nosotros, esa fortaleza para gozar de la vida con tanta intensidad.
Aunque las circunstancias nos han llevado por caminos separados y algunos vivimos lejos de esta tierra maravillosa, todo aquello que experimentamos juntos en los años 70 y 80 nos acompaña allá donde vamos y permanece vivo en nuestro interior. Es la brújula que nos guía y nos hace disfrutar de las pequeñas cosas durante el trayecto, sin importarnos el destino.
Ninguna pandemia nos apagará las ganas de vivir y sonreír. ¡Grande, generación jacetana del 70!