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CICLISMO

Presentación de los corredores en Formigal antes del comienzo de la etapa en una fotografía cedida por la organización de La Vuelta.

El danés Jonas Vingegaard (Jumbo-Visma), doble ganador del Tour de Francia, se ha impuesto en la etapa reina de La Vuelta, que se ha disputado este viernes entre la estación de esquí de Formigal y el Tourmalet, mítico puerto para el ciclismo ubicado en la vertiente francesa de los Pirineos.

Vingegaard ha completado los 135 km de la decimotercera etapa en 3 horas, 51 minutos y 10 segundos, en un día en el que el Jumbo-Visma ha colocado a tres corredores en el podio, con el estadounidense Sepp Kuss y líder de La Vuelta a 30 segundos y Primož Roglič a 33. El primer español ha sido Juan Ayuso (UAE Team Emirates), que ha entrado en meta a 38 segundos del vencedor.

Formigal ha sido escenario de una jornada ciclista en la que estaban puestas todas las miradas de los aficionados y que ha tenido un amplio seguimiento y repercusión en los medios generalistas y especializados, tanto nacionales como internacionales.

La salida neutralizada se ha producido a las 13:50 horas en la zona de Sextas, y tras completar el primer kilómetro y medio se ha dado la salida oficial, produciéndose ya los primeros ataques. Tanto en la urbanización de la estación de esquí como en los principales pasos de la carrera, y especialmente en la subida al Tourmalet, se ha concentrado numeroso público procedente de muchas partes de España, pero especialmente aragoneses, vascos, navarros y catalanes, además de franceses, que han aprovechado el paso de la carrera por su territorio para disfrutar de una gran fiesta del ciclismo, con un final emocionante que no ha defraudado.

El público animando al paso del pelotón durante la etapa. Fotografía cedida por la organización de La Vuelta.

Recordar que Formigal tuvo una salida de La Vuelta en 1977, si bien la ronda española ya ha transitado por el municipio de Sallent de Gállego en varias ocasiones en los últimos años. En 2020, Aramón Formigal sustituyó al Tourmalet como final de etapa, en una jornada marcada por el intenso frío y la lluvia. Ion Izaguirre ganó y Richard Carapaz desbancó a Primož Roglič y se vistió de rojo.

Tres años más tarde, La Vuelta ha podido finalizar –por vez primera en toda su historia– en el Tourmalet, un puerto que es historia del ciclismo y un icono para los aficionados a este deporte. De hecho, el propio nombre de la subida se utiliza, en la jerga popular ciclista, como metáfora de un reto difícil de superar.

Han sido pocas las veces en la historia que el Tourmalet, tradicional puerto de paso, ha sido final de etapa de las grandes vueltas; aunque uno de los más reseñables fue este mismo año 2023, cuando la cima pirenaica (en este caso, por la vertiente de La Mongie) fue el escenario donde se decidió el Tour de Francia femenino, con victoria para la neerlandesa Demi Vollering.

El precedente masculino más reciente fue el Tour de 2019, donde ganó Thibaut Pinot.

En la historia de La Vuelta, solo hay dos antecedentes en los que se ha recalado en el Tourmalet, en ambos como puerto de paso y con final en Luz Ardiden: en 1992 con llegada en solitario y victoria de etapa de Laudelino Cubino, y en 1995 con Richard Virenque como primero en la cima y Laurent Jalabert imponiéndose en la meta.

La decimotercera etapa entre Formigal (1.557 m) y el Tourmalet (2.115 m) ha contado con cuatro puertos de montaña: Portalet (1.794 m), de tercera categoría y situado en el primer tramo de la carrera, en la divisoria de España y Francia; col d’Aubisque (1.709 m), de categoría especial; col de Spandelles (1.378 m), de primera categoría, y el Tourmalet, de categoría especial.

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