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Ángela Abós posando para la entrevista realizada en 2016 con motivo de la publicación de su libro sobre la copla y el corrido. EL PIRINEO ARAGONÉS

En la última entrevista que mantuve con Ángela Abós Ballarín a finales de octubre de 2020, le preguntaba por qué en las sociedades modernas y avanzadas como la nuestra aún cuesta tanto aceptar las diferencias sexuales, políticas o de cualquier otra índole. La cuestión planteada estaba relacionada con el contenido de su libro El banquete de la rendición, que acaba de editarse, y donde se trataba el tema del concepto del amor y la homosexualidad.

“Creo que tiene mucho que ver en ello nuestra historia y no solo la más reciente, que ha producido una sociedad muy poco proclive a escuchar las razones del otro y al diálogo continuo, que son la base de los avances en todos los ámbitos. Cada español posee una verdad propia”, respondía ella.

Creo sinceramente que esta reflexión de gran calado resume cómo era y cómo pensaba Ángela Abós, una mujer que siempre destacó por ser una persona abierta a escuchar, apasionada por la dialéctica y que poseía una capacidad especial para debatir y argumentar desde el convencimiento de sus juicios, siempre respetuosa y ponderada con sus interlocutores.

Ángela Abós ha fallecido en Jaca este sábado, 16 de julio, a los 87 años de edad. “Vivió cada día dedicada a hacer del mundo un lugar mejor”, es la frase con la que le ha querido recordar su familia, su esposo Carlos, sus siete hijos (Loreto, Marta, Ignacio, Clara, Rocío, Santiago y Eva) y sus once nietos.

Se hace muy difícil resumir en tan poco espacio la biografía de Ángela Abós, porque era una mujer con muchos perfiles, fruto de su curiosidad y su compromiso con lo público. Se licenció en Filología Románica por la Universidad de Salamanca, adonde acudió aconsejada por José Manuel Blecua y Tomás Buesa, después de terminar los cursos comunes en Zaragoza con profesores de la talla de Induaráin, Gastón, Idelfonso Manuel Gil y el propio Buesa. En la capital salmantina, con el pequeño grupo de su especialidad, fue alumna directa de Lázaro Carreter, Zamora Vicente y Antonio Tovar, entre otros prestigiosos filólogos.

Abós ejerció como profesora y catedrática de Lengua y Literatura en varios centros educativos de Jaca (Centro Politécnico, INBAD y el Instituto de Bachillerato Domingo Miral) desde 1962 hasta 1983, momento en el que se hizo cargo de la dirección provincial de Educación en Huesca (1983-1986) y de la subdirección del Servicio de Inspección Técnica del Ministerio de Educación (1987-1989), en Madrid.

De su trayectoria política, siempre asociada a su militancia en el Partido Socialista (PSOE), fue concejal del Ayuntamiento de Jaca desde 1991 a 1994, coincidiendo con el último mandato de Armando Abadía. Entre 1994 y 1995 asumió la consejería de Educación y Cultura formando parte del gobierno presidido por José Marco, y con la caída de éste, se postuló a presidenta del Ejecutivo aragonés.

Diputada en las Cortes de Aragón en las legislaturas tercera y cuarta, fue portavoz del grupo socialista en la Comisión de Educación (1995-1999) y representante de las Cortes en el Consejo Social de la Universidad de Zaragoza, cuya comisión de Relaciones Sociales presidió. En diciembre de 1999, fue nombrada presidenta del Consejo Social de la universidad zaragozana. En 2006, estuvo al frente de la consejería de Ciencia, Tecnología y Universidad, y en 2007 pasó a presidir el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA).

De sus últimos premios, recuerdo el que le fue concedido por el Club de Opinión La Sabina, que en 2004 le entregó la Sabina de Oro, galardón que reconoce la trayectoria en el campo profesional, artístico, científico y social de la mujer en nuestra comunidad autónoma. Más reciente, de 2020, es el Premio Imán, que concede la Asociación Aragonesa de Escritores (AAE), y no menos importante es la Rosa de Plata, que le otorgó en 2106 la Agrupación del PSOE de Jaca, coincidiendo con el Día de la Mujer.

“La vida es luchar y solo luchar”, dijo en aquella ocasión parafraseando a Miguel de Unamuno, un testimonio vital para una mujer, madre de siete hijos, que supo compaginar su carrera profesional con la política y la familia. “Habéis premiado a una mujer que es el resultado de muchas circunstancias, una mujer de origen pirenaico y transfronterizo”, señaló Abós, tras recordar que, aunque nació en Benasque en 1934 y que parte de sus raíces proceden del valle de Tena, Jaca fue la ciudad en la que pasó toda su vida y en la que estableció su familia.

Como mujer de letras, comprometida con la cultura y la literatura, Ángela Abós fue una escritora polifacética que, como autora, se prodigó en diferentes géneros literarios: poesía, novela, ensayo y prensa. También realizó investigaciones relacionadas con el teatro, género al que siempre se sintió muy vinculada desde su etapa de docente en el IES Domingo Miral. Dirigió durante años el Grupo de Teatro de este instituto jaqués, con más de veinte montajes de O’Neill, Lorca, Tagore, Valle Inclán, Shaw, Wilder, Anouil, entre otros autores. De esta forma dio continuidad a la estela que había dejado a mediados del pasado siglo el Grupo Coturno, fundado por el filólogo jaqués, y gran colaborador de El Pirineo Aragonés, Tomás Buesa Oliver, que, además de su profesor, fue un gran amigo.

Exponente de la riqueza literaria y de las inquietudes culturales que desde siempre cultivó Ángela Abós, son sus obras, lecturas y el conocimiento que tenía de otros géneros como el cine y la música popular. En 2016 publicó en Mira Editores La copla y el corrido, hermanos de sangre, una obra con fines divulgativos que compila los resultados de varios años de investigación y en la que explica la importancia de la música popular como base de la construcción de nuestra historia y cultura. Su último trabajo fue el Banquete de la rendición (En el marco de Clèves), ambientado en una clase de universitarios, que asisten a un curso de verano y están estudiando el concepto del amor en la novela europea a través de los acontecimientos que se suceden en La princesa de Clèves de Madame de la Fayette, en el siglo XVII.

De sus trabajos como columnista en la prensa escrita (El Pirineo Aragonés, Andalán, El Día de Aragón, Diario del Altoaragón, El Periódico de Aragón y Heraldo de Aragón), es testigo el libro La mirada del esparvel (Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2012), que recoge 80 artículos estructurados en torno a seis temas que fueron una constante en su trayectoria personal y profesional: cultura y sociedad, educación, deporte, mujer, política y nombres propios. Este libro –cuya presentación tuve la oportunidad de compartir con ella en la Casa de la Cultura María Moliner– “es una mirada fundamentalmente aragonesa, al Aragón de estos 30 últimos años”, comentó en aquella tarde.

La actitud de Ángela Abós ante la vida fue, precisamente, como la del esparvel que sobrevuela el terreno con vista aguda y selectiva, siempre observando y pendiente de lo que ocurre a su alrededor. Un pensamiento que volaba libre y que escribía, hablaba y confrontaba por una ineludible necesidad de comunicar con el otro.

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