De la penumbra emergen los rostros. Uno a uno, surgen de la sombra como si despertaran, apenas acariciados por haces de luz que los aíslan del fondo oscuro. En la sala, todo es silencio. Solo flota una música tenue, suspendida y envuelta en aroma de incienso. Así comienza el recorrido por La mirada ajena, la nueva exposición de Ismael García en la Sala Burnao de la Ciudadela de Jaca.
