Cuando te adentras por la Senda Amarilla, entre Oliván y Ainielle, avanzando paso a paso por un camino estrecho y pedregoso, atravesando un paisaje escarpado y serpenteante, tan austero como sobrecogedor, llega un momento en el que piensas si Ainielle no será un pueblo imaginado, un lugar onírico, irreal.
"La última mirada". Así se titula la fotografía que da inicio la exposición de Ismael García en la Ciudadela de Jaca. Una última mirada, la de una joven vestida de novia, en Benarés, en la India, que es también la primera mirada con la que el espectador se encuentra cuando accede a la sala.
Aunque la historia y las leyendas pueden parecer opuestas en cuanto a la verdad que buscan transmitir, ambas resultan fundamentales para la comprensión del pasado. La historia nos proporciona los datos y análisis objetivos, mientras que las leyendas nos ofrecen una ventana hacia el imaginario colectivo, los mitos y las creencias que han moldeado la forma en la que las sociedades interpretan su propia historia.
Cecilia Ramón, en una magistral interpretación, recrea a Doña Sancha, hermana del rey Sancho Ramírez, en el convento de las madres Benedictinas, orden monástica a la que estuvo estrechamente vinculada en Santa Cruz de la Serós cuando el reino de Aragón empezaba a dar sus primeros pasos. Su apoyo fue fundamental para el gobierno del viejo reino, tanto por su apoyo a Sancho Ramírez como a los futuros monarcas Pedro I, Alfonso I y Ramiro II. Sus restos reposan actualmente en el bello sarcófago de piedra (siglo XI) que se conserva en este monasterio jaqués. El monólogo de Doña Sancha ha cerrado las recreaciones históricas de la segunda edición de las jornadas "Jaca, reino y leyenda".
Más allá de la historia, las intrigas, la ambición, los pactos matrimoniales y las conquistas militares de los primeros reyes aragoneses, la obra teatral Jaca, el nacimiento de un reino, dirigida por Toño L’Hotellerie –autor también del guion–, e interpretada por un elenco de actores locales, trata de dar respuesta a una pregunta clave: ¿Fueron felices los Ramírez, a quién amaron?
El historiador Domingo J. Buesa Conde, hijo adoptivo de la ciudad, recibió el nuevo galardón Jaca, reino y leyenda, creado con motivo de las jornadas del mismo nombre y que se celebran este fin de semana, del 27 al 29 de septiembre, su segunda edición.
“La ruta de las grullas” es un proyecto femenino que une a España y Suecia en un viaje de aprendizaje y conexiones. “Es un esfuerzo por trascender fronteras y conectar culturas”, explica la jaquesa Inés Ponce, afincada en aquel país nórdico y artífice de esta “aventura” en la que participan ocho mujeres, cuatro suecas y cuatro españolas. El proyecto está inspirado en la fascinante migración de las grullas y “busca crear un puente entre dos comunidades distantes, lleno de experiencias enriquecedoras y contrastes que fortalezcan los lazos entre mujeres de diferentes contextos”, precisa.
Pablo Castrillo vivió “emocionado” el recibimiento que este martes le brindó Jaca, en una doble recepción en la plaza Biscós y en la casa consistorial, con una ciudadanía volcada con su paisano, ganador de dos de las etapas reinas de La Vuelta en su primera participación; éxitos que le han encumbrado a lo más alto del ciclismo profesional. De hecho, poco antes se dio a conocer que Castrillo (Equipo Kern Pharma) ha sido seleccionado para participar en el mundial de ciclismo que se celebrará del 22 al 29 de este mes de septiembre en Zúrich.
Pablo Castrillo ha recibido emocionado el cariño que le ha brindado Jaca, con un acto multitudinario en la plaza Biscós, donde ha firmado autógrafos y se ha hecho fotos con los niños y los aficionados a la bicicleta, y el homenaje posterior que ha tenido en la casa consistorial, acompañado de los socios del Club Ciclista Mayencos, y de numerosos vecinos que se han sumado al reconocimiento al ciclista, ganador de dos etapas de la última edición de La Vuelta. El video es un resumen de lo que ha dado de sí este encuentro con sus paisanos y la recepción en el ayuntamiento.
Del 8 de julio al 2 de agosto, se desarrolló la cuarta campaña de excavaciones en el yacimiento del Forau de la Tuta, en Artieda, donde se asienta una ciudad romana de nombre todavía desconocido que se levantó a finales del siglo I antes de Cristo y que pervivió hasta el siglo IV, momento en el que fue abandonada, según los estudios que viene realizando el equipo multidisciplinar que se ha hecho cargo de los trabajos arqueológicos.