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“Desde la Asociación de Artritis Oscense (ARO), llevamos muchos meses solicitando que se solucione este problema cuanto antes, pero hasta la fecha solo hemos recibido excusas y más excusas en un tema tan delicado, poniendo en peligro la salud y la vida de los pacientes”

Hospital San Jorge de Huesca en una imagen de archivo.

Cada día, es más frecuente oír hablar del fenómeno de la humanización. Concretamente de la “humanización de la salud y del enfermo”.

“La humanización de la salud” se asienta en tres pilares fundamentales, a saber: “escuchar al paciente”, “ver al paciente” y “acompañar al paciente”. Queda bien, ¿verdad? Esta es la teoría y la doctrina que intentan predicar en el sistema de salud aragonés. Pero se queda en eso, en un intento. A los hechos me remito.

Los pacientes afectados por cualquier tipo de enfermedad reumática y que residen en las comarcas de la Jacetania y el Alto Gállego, que son muchos, están obligados a desplazarse al Servicio de Farmacia del Hospital San Jorge de Huesca, una o dos veces al mes, para proveerse de la medicación que les ha sido prescrita por el único reumatólogo que presta sus servicios en dicho hospital. Estos pacientes son, además de enfermos, en su mayoría personas mayores, que han de recorrer 150 km de trayecto portando una medicación biológica que necesita una temperatura adecuada en su traslado, muy delicada y con un coste muy alto. Como se puede suponer, el problema es más crudo en invierno.

Es curioso que, durante la última pandemia, esta medicación sí era dispensada en el Servicio de Farmacia del Hospital de Jaca, sin ningún problema, e incluso se llevaba a domicilio de los pacientes de los pueblos colindantes, por lo que no se explica que se esté sufriendo este retroceso en el funcionamiento del servicio de sanidad provincial, cuando anteriormente la dispensación se hacía en el Hospital de Jaca. Es más, a los pacientes de dermatología y digestivo que utilizan la misma medicación sí se les suministra en el hospital jacetano. Unos sí y otros no. Un agravio comparativo sin precedentes.

Desde la Asociación de Artritis Oscense (ARO), llevamos muchos meses solicitando que se solucione este problema cuanto antes, pero hasta la fecha solo hemos recibido excusas y más excusas en un tema tan delicado, poniendo en peligro la salud y la vida de los pacientes.

Somos conscientes de que las cosas no se pueden hacer cuando no hay voluntad de hacerlas. ¿Es cuestión de tozudez, de prepotencia o simplemente el hecho de llevar la contraria por llevarla? ¿Quizás un castigo en pago a nuestras insistentes reivindicaciones por la defensa de todos los enfermos y el mal funcionamiento de la salud pública? En España, podemos presumir de tener unos profesionales de la sanidad de primera categoría, a los que felicitamos y animamos a que sigan en la misma línea, pese a que la gestión de la sanidad española ha logrado “cabrear” a los médicos, al resto del personal sanitario, al enfermo, al de arriba, al de abajo y al del medio.

Si me permiten, les voy a poner un ejemplo real de lo que es la atención y eficacia de un servicio de farmacia concreto.

El Servicio de Farmacia del Hospital San Juan de Dios de Zaragoza traslada mensualmente este tipo de medicación (en condiciones frigoríficas adecuadas) a los domicilios particulares de los pacientes de toda la provincia de Huesca.

No pedimos tanto, pero partiendo de la base de que el Hospital San Jorge y el Hospital de Jaca oficialmente son el mismo hospital, qué poco costaría acceder y llevar a la realidad la “humanización de la sanidad y del paciente”.

Los enfermos no somos números, somos personas a las que hay que “escuchar”, “ver” y “acompañar”.

Firmado: FERNANDO OLIVÁN BOSQUE (Presidente de ARO, Asociación de Artritis Oscense)
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