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El XIV descenso de navatas por el Aragón Subordán se convirtió el domingo en una auténtica odisea para los navateros chesos que, finalmente, se aventuraron a surcar las aguas, a pesar del bajo caudal que presentaba el río. Las lluvias caídas durante el sábado y la madrugada del domingo, les animó finalmente a salir para cumplir así con la tradición y no desilusionar a las numerosas personas que acudieron hasta la localidad a presenciar el descenso. “Hubo mucho más público que el año pasado”, reconoció José Pérez Vinacua, navatero y miembro de la organización, que aseguró que realizar el descenso en estas condiciones supuso “mucho esfuerzo”, porque las navatas se quedaban continuamente enganchadas.

El descenso del domingo estuvo precedido del homenaje que el Ayuntamiento Valle de Echo brindó en la tarde del sábado a la Asociación de Navateros, en reconocimiento al trabajo que vienen realizando para recuperar esta tradición; pero también en memoria de todas las personas del valle que en tiempos pasados ejercieron este duro oficio que consistía en transportar –vía fluvial– la madera que se extraía de los bosques chesos, llevándola hasta la desembocadura del río Ebro.

En las fotografías, descenso del domingo y homenaje a los navateros del valle de Echo. MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

En PREMIUM, amplio reportaje gráfico de MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

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