“El cierre impuesto por razones sanitarias pone en riesgo no sólo a las propias empresas y negocios sino a la supervivencia de los entornos de montaña, a la vida de sus habitantes y al futuro de sus hijos”
“No siempre bien entendido y muchas veces criticado, ahora se demuestra la importancia que el esquí alpino tiene para el desarrollo económico y social de valles y montañas”
“Para afrontar lo que pueda venir, la montaña debe poner en valor sus cuatro estaciones. Hoy en día el modelo no está preparado para ello, pero se dispone de la ventaja competitiva de la menor dependencia del factor tiempo”
En la tradicional dicotomía playa o montaña, los atractivos de la playa, el sol y el mar parecen que ganan por goleada a los de la montaña. Al menos viendo las grandes cifras, es difícil para la montaña acercarse a lo que mueve el turismo de las costas. Por otro lado, tal vez eso tampoco sea lo ideal. Sin embargo, hay una circunstancia natural propia de la montaña y que la diferencia: contrariamente a la playa, la montaña es atractiva durante las cuatro estaciones del año, haga el tiempo que haga. Con una estrategia adecuada, esta ventaja permitiría observar con cierto optimismo la salida de la pandemia que ha paralizado la actividad económica de regiones enteras.