A las doce en punto de la noche, coincidiendo con el inicio del Jueves Santo, el silencio de la plaza de San Pedro de Jaca fue quebrado por el estruendo colectivo de bombos y tambores en uno de los momentos más sobrecogedores de la Semana Santa jacetana: la Rompida de la Hora. Una ceremonia reciente en la ciudad pero que ha calado con fuerza en el imaginario local, y que este año estuvo marcada por la conmemoración del 275.º aniversario de la refundación de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo, a quien correspondió dar la señal inicial.
