En una noche fría pero profundamente emotiva, el Cristo de Biscós volvió a recorrer las calles de Jaca acompañado por el respeto y la devoción de cientos de personas. La procesión del Silencio, organizada por la Real Hermandad de la Sangre de Cristo, tuvo este año un significado especial con la participación del Ayuntamiento como Hermano Mayor Honorario.
