
Artieda, capitel corinto en la ermita de San Pedro. EL PIRINEO ARAGONÉS
El Gobierno de Aragón ha dado un paso decisivo hacia la digitalización de la conservación patrimonial con la puesta en marcha de un contrato de suministros para sensorizar en tiempo real varios enclaves emblemáticos del patrimonio aragonés. La iniciativa, impulsada por la Dirección General de Patrimonio Cultural, permitirá monitorizar variables físicas que afectan directamente a la integridad de estos bienes, reforzando su protección ante posibles amenazas.
Los inmuebles seleccionados para esta primera fase son el Real Monasterio de Santa María de Sijena, el Real Monasterio de San Juan de la Peña, el yacimiento arqueológico de Villa Fortunatus, el Real Monasterio de San Victorián, la iglesia de Santo Tomás de Villanueva “La Mantería” y la ermita de San Pedro de Artieda. En todos ellos se instalarán sensores IoT (Internet of Things), capaces de recoger y procesar datos de forma continua y remota.
La actuación forma parte del proyecto europeo Knowledge Heritage Network, concretamente en su eje Retech, que busca promover el uso de nuevas tecnologías digitales en la gestión, protección y difusión del patrimonio cultural en las comunidades autónomas.
Con un presupuesto estimado de 99.538,51 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de cinco meses, el contrato representa una apuesta clara por la innovación aplicada al cuidado del legado histórico. “La integración de tecnología en el seguimiento de los bienes culturales no solo permite una respuesta más rápida ante deterioros o cambios ambientales, sino que sienta las bases para una toma de decisiones más precisa y basada en datos objetivos”, se destaca desde la Dirección General de Patrimonio Cultural a través de una nota de prensa.
Esta red de sensores permitirá a los responsables del patrimonio tener una visión actualizada y completa del estado de conservación de los enclaves, optimizando así los recursos y mejorando la eficacia de las intervenciones futuras.