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El certamen consolida su crecimiento en participación y calidad literaria

El jurado dando lectura a los premios. MARÍA JOSÉ MIGUEL/ASOCIACIÓN DOÑA SANCHA

La Asociación Doña Sancha de Jaca celebró este viernes 25 de abril en el salón de actos de la Biblioteca Municipal-Casa de la Cultura María Moliner la entrega de premios del V Concurso de Relatos Cortos “Doña Sancha”, un certamen que, según destacó el jurado, ha alcanzado ya su “mayoría de edad literaria” tanto por el número de participantes como por la calidad de las obras presentadas.

El acto, presidido por Isabel Castillo, presidenta de la Asociación Doña Sancha, contó con la presencia de Ana López-Blanco, miembro del taller de escritura creativa impulsor del concurso, y tres de los integrantes del jurado: Concha Tovar, José Ventura Chavarría y Javier Acín, quien actuó como portavoz. No pudo acudir Cristina López, ni tampoco estuvieron el ganador ni el accésit, aunque enviaron sendos audios en los que leyeron sus relatos.

El primer premio fue para José Agustín Blanco, con La mirada de los inocentes, un sobrecogedor relato que, en palabras de Javier Acín, “te conmueve” y logra que “los recursos literarios se desplomen como caen las paredes del hospital más próximo” en una ciudad desgarrada por la guerra. Blanco revalida así su éxito en el certamen, ya que también se llevó el primer premio en la edición de 2024 con Escrúpulo. El accésit fue para Luis Mata Martín, con Existir, una pieza “compleja, bien documentada y provocadora”, ambientada entre la tradición teatral japonesa y el fenómeno contemporáneo de los influencers.

Durante su intervención, Isabel Castillo expresó su satisfacción por el desarrollo del certamen: “Estamos otra vez muy contentos con la participación, quiero dar las gracias al taller de escritura creativa, al jurado y, por supuesto, al Ayuntamiento de Jaca por toda la colaboración que nos presta, y a todos ustedes que están aquí”, señaló, dirigiéndose al público asistente.

Ana López-Blanco puso en valor el recorrido del taller de escritura de la Asociación, iniciado en su momento por Cristina López Dumall, del que surgió la idea del concurso. “Nos hace mucha ilusión que este proyecto haya llegado a su quinta edición. Ha habido mucha más participación que el año pasado y estamos muy contentos”, dijo, recordando que el taller “es un grupo abierto, todo el que quiera puede venir a probar. Funciona muy bien gracias al gran trabajo de nuestra profesora, Isabel Sarto”, destacó.

En cuanto a la valoración literaria, Javier Acín explicó que el jurado recibió casi 70 relatos, con un notable dominio de la corrección lingüística y las técnicas narrativas. “La madurez de los textos nos invita a dar el salto hacia una próxima edición todavía más ambiciosa”, afirmó.

Respecto al relato ganador, Acín subrayó su capacidad de conmover, señalando que “un texto no puede ser solo estético, tiene que despertar sensaciones” y que La mirada de los inocenteslo consigue con un sencillo y brutal drama infantil ambientado en un escenario de guerra.

Acín también comentó sobre el accésit Existir, resaltando su “perplejidad” narrativa y su riqueza temática, “entre la tradición escénica nipona y la fama moderna”.

De cara al futuro, la organización se plantea introducir cambios en las bases del concurso, como limitar la posibilidad de repetir galardón en ediciones sucesivas e instaurar una nueva categoría para premiar a autores locales y fomentar así su participación.

Como cierre del acto, Ana López-Blanco invitó a los presentes a abrir los ojos a la literatura y a la vida, para seguir escribiendo y soñando: “Abramos los ojos delante de un buen libro y también mirando la vida, que es lo que nos hace escribir estos relatos”, concluyó.

Concha Tovar, Javier Acín, Ana López-Blanco, José Ventura Chavarría e Isabel Castillo tras la entrega de los premios. MARÍA JOSÉ MIGUEL/ASOCIACIÓN DOÑA SANCHA
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