Los toques de la banda de bombos y tambores arroparon al paso de la Burreta por las calles de Jaca
Jaca ha vivido este Domingo de Ramos una jornada luminosa y concurrida de su Semana Santa, marcada por la emoción, la tradición y un recuerdo muy especial: el de Adrián Pueyo Navarro, joven cofrade fallecido el pasado mes de enero, cuya memoria ha estado presente durante toda la mañana.
La celebración ha comenzado puntualmente en la plaza Biscós, con la tradicional bendición de palmas y ramos a cargo del vicario de la diócesis, Fernando Jarne. Entre las autoridades presentes se encontraba el alcalde de Jaca, Carlos Serrano, portando una palma enviada desde la ciudad hermana de Elche. Le acompañaban el inspector jefe de la Comisaría de Policía Nacional en Jaca, Jesús Ruiz Conde, y Carlos Lacadena, presidente de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Jaca.
Como es costumbre, la Policía Nacional, hermano mayor honorario de esta cofradía, ha escoltado el paso de la Burreta, que este año lucía un crespón negro en su palma, al igual que las túnicas de todos los cofrades, en recuerdo de Adrián Pueyo, un joven de 14 años muy querido por todos. “A él le encantaba una pieza que hemos denominado a partir de ahora el Pequeño Adrián, que la hemos tocado en su homenaje y que se va a quedar fija en honor suyo y para siempre”, explicó Carlos Lacadena al finalizar los actos.
Tras la bendición y el reparto de ramas de olivo en la plaza Biscós, la procesión ha comenzado a las 11:45 horas, recorriendo las calles Zocotín, Bellido, Echegaray, Mayor y Obispo, para regresar de nuevo a la catedral. El momento más vibrante ha tenido lugar a su llegada, cuando el Grupo Uruel ha interpretado una jota dedicada a la Burreta ante un público entregado.
El sol ha acompañado toda la mañana, lo que ha contribuido al gran ambiente en las calles, con especial afluencia en las plazas de Biscós y de la Catedral. “Ha sido un día precioso, luminoso, hemos disfrutado todos y hasta nos hemos emocionado con el toque final”, reconoció el presidente de la cofradía.
La jornada ha culminado con una exaltación de toques de la banda de bombos y tambores en la calle Mayor, junto al ayuntamiento. Esta agrupación, con 87 integrantes desfilando hoy —aunque habitualmente cuenta con más de un centenar de miembros— es la más numerosa de la Semana Santa jaquesa y ha vuelto a destacar por la variedad, coordinación y potencia de sus toques, de los que se han estrenado dos nuevos este año.
La exaltación ha tenido un cierre especialmente emotivo con el toque dedicado a Adrián, que arrancó sentidos aplausos del numeroso público congregado. “Somos una gran familia”, insistía Lacadena, quien también recordó que este año, como es habitual, comenzaron los ensayos en diciembre, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada.
La Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, que el año pasado celebró su 60.º aniversario, nació en 1964 en el seno del colegio Escuelas Pías, y ha mantenido desde entonces la responsabilidad de organizar los actos del Domingo de Ramos, una tradición documentada en Jaca al menos desde 1734.
Tras la procesión, los cofrades han celebrado una comida de hermandad en la que han participado 82 personas, en un ambiente de fraternidad que es seña de identidad de esta hermandad.
De esta forma, con emoción y memoria, han dado comienzo las procesiones de la Semana Santa jaquesa, en la que cada año se conjugan devoción, música, tradición y un sentido de comunidad profundamente arraigado.