Una infraestructura singular por su sistema constructivo y la longitud de sus vanos
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, visitó el viernes las obras del viaducto que se construye en el tramo Sabiñánigo Este-Sabiñánigo Oeste de la Autovía Mudéjar A-23, acompañado por la alcaldesa de la localidad, Berta Fernández. La infraestructura, con una longitud de 934 m y una altura máxima de 50 sobre el terreno, es la de mayor envergadura dentro de su tipología y se encuentra ya en sus últimas fases de ejecución, con un 80% de los trabajos completados.
Durante su recorrido, el ministro avanzó que el viaducto podrá entrar en funcionamiento antes de que finalice el año. La actuación forma parte del conjunto de obras que buscan mejorar la conectividad en el eje pirenaico, donde también se están desarrollando trabajos entre Lanave y Sabiñánigo con una inversión de 102,4 millones de euros.
El viaducto, que salva los ríos Gállego y Aurín, se ha convertido en un referente de innovación por su sistema constructivo. Cuenta con un tablero único de 25,1 metros de ancho y once vanos: nueve de ellos alcanzan los 90 metros de luz —una cifra excepcional para el método empleado—, mientras que los otros dos miden 75 y 49 metros respectivamente. La construcción del tablero se realiza mediante autocimbra inferior para el núcleo central y carro de vuelos para los voladizos.
El uso de la autocimbra en este viaducto es especialmente singular, ya que no es habitual emplearla en vanos de 90 metros —el límite suele estar en los 60 o 70—. De hecho, no existe en España ninguna estructura de esta longitud construida con este sistema, y solo se conoce otra similar en Turquía. Además, el avance de la autocimbra es independiente para cada viga, lo que permite adaptarse a la curvatura y a la inclinación variable del trazado, generando un encaje geométrico de gran complejidad.
La visita a Sabiñánigo se produjo tras la inauguración, esa misma mañana, del tramo Sigüés-Tiermas de la A-21 entre Aragón y Navarra. Tras comprobar el estado de los trabajos, Óscar Puente se trasladó al Ayuntamiento, donde firmó en el libro de honor antes de regresar a Madrid.
La alcaldesa valoró muy positivamente la presencia del ministro. “Ha sido muy gratificante ver el avance del tramo Sabiñánigo Este-Sabiñánigo Oeste y comprobar que ese viaducto está en las últimas fases para su finalización. Poco a poco nos vamos acercando al final de este tramo de la A-23 tan demandado, tan necesario y tan esperado por todos nosotros”, señaló. Fernández agradeció también que el ministro hubiera querido visitar las obras en persona, algo poco habitual fuera de los actos de inauguración oficiales.