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«La FEDME no tenía razón alguna para no continuar con el convenio suscrito, perder una subvención y dejar al colectivo montañero sin este servicio de prevención y seguridad»

Inauguración de la Oficina de la Montaña de Jaca, el 7 de julio de 2021. EL PIRINEO ARAGONÉS

“La Oficina de la Montaña es algo de Jaca y para Jaca; no es ni de un alcalde, ni de un presidente de la federación, ni de una administración u otra. Es algo de todos”. Y es algo de todos porque “toda persona tiene derecho a la seguridad”, tal y como recoge nuestra Constitución Española.

Así lo manifestaba personalmente en mi alocución, en la inauguración de esta sede un 6 de julio de 2021, ante el alcalde de Jaca, Juan Manuel Ramón, y numerosas autoridades. Además del alcalde de la ciudad y de la concejal de Turismo, Olvido Moratinos, quienes habían impulsado en su origen esta Oficina de la Montaña, en este acto estaban representadas la Diputación Provincial de Huesca con Sofía Avellanas, la Comarca de la Jacetania con el vicepresidente, José Antonio Gabás, y las instituciones locales de la Guardia Civil, el Ejército y la Policía, así como las federaciones y asociaciones de deportes de invierno y de guías de montaña. Tampoco faltó la Federación Aragonesa de Montañismo, representada curiosamente por Jesús Rivas, con quien, como presidente, se creó la empresa PRAMES, y a quien desde el inicio se le ofreció que colaboraran con este innovador servicio. La FAM nunca quiso colaborar. ¿Por qué?

En este acto manifesté públicamente que, además de Oficina de la Montaña, “en la oficina de Jaca se va a instalar la oficina técnica de la federación, donde estará el observatorio de accidentes del Comité de Seguridad, con la realización de estudios de siniestralidad y estrategias de prevención”. Y en esta línea manifesté que “Chamonix ha sido nuestra inspiración. Era algo que tenía que llegar al Pirineo”. Y concluía diciendo que “el objetivo sería que hubiese una en cada uno de los sistemas más importantes, tanto en Picos de Europa como en Sierra Nevada”.

Todo ello, por ejemplo, dentro de las competencias que claramente establece la Ley del Deporte en su artículo 91, para las federaciones deportivas españolas en la actividad deportiva competitiva no oficial, que contempla que “las federaciones deportivas españolas podrán reconocer u organizar actividades, eventos, pruebas y demás acontecimientos deportivos competitivos no oficiales en los que la participación esté abierta a deportistas o clubes de varias comunidades autónomas y a participantes internacionales”. Y que “en este reconocimiento se valorará, igualmente, la repercusión social, mediática y de asistentes como elemento de dinamización de la economía asociada al deporte y de prevención y seguridad de la actividad deportiva a desarrollar”.

O los mismos estatutos de la FEDME, que contemplan como objeto de la federación nacional el “colaborar y poner en práctica los mecanismos necesarios para incrementar la seguridad en la práctica de los deportes de montaña y escalada”.

Y ello sin entrar a considerar los derechos y deberes que recoge la Ley de Turismo de Aragón, donde claramente se establece el derecho de los turistas de “obtener información previa, veraz, completa y objetiva sobre los bienes y servicios que se les oferten y el precio de los mismos”.

Sin embargo, apenas unas semanas después de hacerse con el control de la FEDME, al nuevo presidente de la federación, Bernat Clarella, así como al presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, Javier Franco, les ha faltado tiempo para dejar claro al alcalde de Jaca, Carlos Serrano, al director de la Oficina de Fomento, José Luis Fanlo, y a la concejal de Turismo, Lucía Guillén, que la FEDME no quería seguir con el convenio firmado. Y, en consecuencia, conseguir cerrar la Oficina de la Montaña y despedir a unos trabajadores.

Desde el Ayuntamiento de Jaca, para quien esta situación ha sido totalmente sobrevenida, se explicaba que están estudiando cómo seguir ofreciendo esa información especializada en montaña desde Jaca, pero que no será de la misma forma. “No sabemos si vamos a ser nosotros, la Federación Aragonesa de Montaña, si a través de un convenio con Protección Civil del Gobierno de Aragón. No tenemos muy clara la fórmula, pero sí que estamos valorando cómo seguir dando este servicio a este tipo de turista”.

La FEDME no tenía razón alguna para no continuar con el convenio suscrito, perder una subvención y dejar al colectivo montañero sin este servicio de prevención y seguridad. Una cosa era la Oficina de la Montaña y otra la Oficina Técnica de la FEDME. Compartían el mismo espacio físico, pero eran dos entidades distintas.

Se han perdido unas elecciones y no tiene razón de ser una Oficina Técnica en Jaca. Nada que objetar. Están en su derecho de proponer a la comisión delegada de la FEDME cerrar esa Oficina Técnica. Pero ni siquiera eso han hecho bien, puesto que esa decisión no se ha tomado en la comisión delegada, tal y como preceptivamente recogen los estatutos de la FEDME. “Alguien” lo ha decidido por su cuenta y riesgo.

¿Pero por qué se priva a la ciudadanía de la Oficina de la Montaña? ¿Por qué se cierra un servicio que ha demostrado su utilidad en la prevención de accidentes, que ha sido modelo para el Gobierno de Aragón y que ha salvado vidas? Según el nuevo presidente de la FEDME, ahora “la seguridad se hace con aplicaciones y en la web”. Sin comentarios. A mayor desatino, al ayuntamiento ambos dirigentes federativos le trasladan que “es un problema de competencias…”. ¿De competencias?

Conforme al artículo 25.1 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, “el municipio, para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus competencias, puede promover actividades y prestar los servicios públicos que contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal en los términos previstos en este artículo”. En el ámbito de sus competencias están las ejecutivas en materia de turismo, deporte y seguridad, pudiendo desarrollar cuantos aspectos no estén sujetos a coordinación por las administraciones públicas “superiores”.

Y conforme al principio de subsidiariedad, recogido en la Carta Europea de la Autonomía Local de 1985, el nivel local, como administración más próxima al ciudadano, es el más adecuado para la prestación del servicio que se ofrecía en la Oficina de la Montaña a través de una fórmula jurídica adecuada como es la firma de un convenio de colaboración con FEDME. A su vez, FEDME tiene capacidad y legitimación para la firma de un convenio, cuyo objeto y objetivos se corresponden directamente con el cumplimiento de sus intereses: la promoción de la seguridad en el ejercicio de los deportes de montaña.

Resulta chocante que sean la FAM y la FEDME actual las que vengan “dando lecciones” sobre competencias, cuando, en mi modesta opinión, podríamos debatir sobre cómo firma la primera algunos convenios y cómo suscribieron el “Acuerdo de Correspondencia Mutua de Refugios”; o cómo la segunda, cuando ha anunciado la asunción de dicho acuerdo, el cual resulta contrario a las competencias administrativas que ambas federaciones deportivas tienen delegadas en materia de “fomento del deporte federado”.

Tal y como recogieron en su momento diversos medios en octubre de 2020, Bernat Clarella abrió su campaña para la presidencia de la FEDME en la sede del club Peña Guara de Huesca, ante la presencia de Modesto Pascau, anterior gerente de PRAMES. Allí afirmó que “Zaragoza sería una de sus subsedes, si salía elegido. Y que para ello se apoyaría en PRAMES”. “Deslizó que en la subsede aragonesa pondrá el acento en todo lo relacionado con la gestión de refugios, senderos y seguridad en montaña.” ¿Será ésta la fórmula mágica y maravillosa que se está buscando?

ALBERTO AYORA – Presidente de la FEDME (2021-2024)
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