25 AÑOS
Marzo 2000

Estado del antepecho del puente San Miguel tras los actos vandálicos. EL PIRINEO ARAGONÉS
La acción de los gamberros ha incrementado el deterioro del antepecho
El puente medieval de San Miguel sigue expuesto a las acciones vandálicas que aceleran su paulatino deterioro. Los últimos destrozos, causados en la zona superior del antepecho del puente, han transformado las grietas que ya estaban detectadas en un amplio hueco que amenaza con aumentar su tamaño si no se interviene rápidamente, ya que las piedras de mampostería que han quedado a la vista apenas ofrecen resistencia.
Si en este punto el deterioro es significativamente apreciable, existen otros tramos donde la acción humana ha provocado destrozos en las losas que cubren los dos antepechos. Los propietarios de las huertas próximas han alertado en varias ocasiones al Ayuntamiento de Jaca de los actos de gamberrismo que se suceden en el puente y han puesto de manifiesto otros problemas que afectan a su estructura.
Por su parte, el Ayuntamiento está a la espera de que la dirección general de Patrimonio se haga eco, a su vez, del estado en el que se encuentra este bien patrimonial declarado de interés cultural y actúe para evitar que se incrementen los desperfectos detectados. Así, el pasado 24 de agosto, el alcalde, Enrique Villarroya, remitió un escrito al consejero de Cultura y Turismo del Gobierno de Aragón, donde se especificaban los daños que habían evaluado los servicios técnicos municipales. En primer lugar, se aludía a las grietas –ahora agujero– que habían aparecido en la parte superior del antepecho, en la parte superior del puente. Indicaban que algunas de las losas de piedra que protegían el citado antepecho habían desaparecido, que el mortero de unión se estaba disgregando, y que otras losas se encontraban –y lo siguen estando actualmente– sueltas, “con grave peligro si se caen, ya que la zona inferior está bastante transitada por peatones”. Asimismo, se especificaba que la maleza y las hierbas han crecido en el muro, entre las grietas, lo que provoca una disgregación mayor y más rápida de la mampostería.
En ese momento, el Ayuntamiento de Jaca mostró su preocupación por el estado general de conservación del puente y solicitó al Gobierno de Aragón, “como administración competente en la conservación y mejora de los bienes que forman el Patrimonio Histórico-Cultural aragonés, la adopción de las medidas de protección del monumento”, para lo que aportaba su colaboración.
Los vecinos también han llamado la atención sobre el peligro que afecta: uno de los pilares que soportan el puente, ya que la erosión provocada por el agua del río, más acentuada en época y momentos de crecida, está agrietando los sillares de la base y horadando la tierra sobre la que se sustentan.