Anora (2024)
Duración: 138 min. País: Estados Unidos. Dirección:Sean Baker. Guion: Sean Baker. Reparto: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yuriy Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan. Música: Matthew Hearon-Smith. Fotografía: Drew Daniels. Productoras: Cre Film, Filmnation Entertainment. Distribuidora: Neon.
Es curioso contemplar cómo los premios Oscar de la Academia de Hollywood, van, cada vez más, en declive. Antes, cualquier mortal se pasaba la noche en vela para presenciarlos en directo. Ahora, ni los que tenemos la obligación de estar informados, nos quedamos hasta altas horas de la madrugada. Nos conformamos con un resumen en las redes sociales y la lista de los ganadores (tan solo para saber si hemos acertado en algo de lo que hayamos intuido y pronosticado a lo largo del año.
Este desinterés, viene dado por la falta de conexión entre lo que el público ve, lo que la crítica especializada valora, y lo que las Academias de cine consideran. Una desafección del público medio, sobre la opinión y los premios. Jorge Luis Borges, en uno de sus aforismos, afirmaba que una obra literaria podía ser buena incluso habiendo sido premiada. Igual parece estar sucediendo con la industria del séptimo arte. El premio, en estos tiempos, no lo equiparamos a sinónimo de calidad, como ocurría hace décadas. Incluso rechazamos a que un film lo posea. En estas contingencias, tenemos a Anora, película ganadora de esta 97.ª edición de los Oscar.
Un film del director Sean Bake, quien tuvo dos producciones prometedoras, Tangerine o Red Rocket, hitos del máximo exponente del cine indie. En esta ocasión, toma a una joven prostituta, para contarnos su historia de Cenicienta o de Pretty Woman, cuando conoce al hijo de un oligarca ruso. Y todo se tuerce, en ese giro al que nos tiene acostumbrados el director en sus guiones.
Baker, suele acertar con el retrato de seres marginales, pero en este film, a nuestro parecer no está muy atinado, porque todo resulta exageradísimo, y su film casi podría pasar por cualquier título de comedia burda, emitida un domingo por la tarde.
Por otra parte, no vemos crítica alguna al mostrar la prostitución, más bien es un retrato benévolo: clientes simpáticos, chulos comprensivos y compañeras de oficio fieles y amigables. Un pastiche de diversos tonos, con los estereotipos más vulgares, a base de escenas ya vistas, de situaciones tensas a las que el propio director les quita peso y dramatismo, dulcificando lo imposible. Este film, no destaca ni por la forma ni por el mensaje. Ni siquiera por algún aspecto técnico. Y menos aún por las interpretaciones, a pesar de sus reconocimientos con la famosa estatuilla.
Incluso su metraje es excesivo; no hace falta tanto para un relato que podría ser la trama secundaria de cualquier serie o film. Que festivales de cine, academias cinematográficas y crítica, acepten esta producción, nos tiene preocupados. Y es que esta actualización de Pretty Woman, no convence en absoluto.
