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The Monkey (2025)

Duración: 95 min. País: Estados Unidos. Dirección: Osgood Perkins. Guion: Osgood Perkins. Historia: Stephen King. Reparto: Theo James, Elijah Wood, Tatiana Maslany, Christian Convery, Colin O’Brie. Música: Edo Van Breemen. Fotografía:Nico Aguilar. Productoras: Atomic Monster, Black Bear International. Productor: James Wan. Distribuidora: Neon.


Osgood Perkins, hijo de Anthony Perkins, había intentado entrar en la industria del cine gracias a su apellido, pero solo consiguió algunos papeles secundarios como actor, en películas que podríamos calificar suavemente de mediocres. Al tiempo, pasó a situarse tras las cámaras, iniciando su carrera en el género de terror con La enviada del mal, un refrito de sustos aderezado al estilo gore. Tras varios intentos cinematográficos, apareció en 2024 la sobrevalorada Longlegs, en la que ya se intuye un director más sólido, pero al que le falta controlar los tiempos de la narración.

En esta nueva propuesta, Osgood Perkins toma como referente una historia ya hecha, que solo debe adaptarse. El relato homónimo de Stephen King, publicado por primera vez en 1980, donde King dejaba claras sus influencias con la huella que en él había provocado la literatura de Edgar Allan Poe y W.W. Jacobs. En este relato, abordó temas como la culpa, la familia, el tiempo y el eterno concepto del Mal. Perkins, ha tomado ese material hábilmente, para construir un film que no tiene miedo a comenzar con un tono burlesco, tirando a comedia negra, para irse transformando en puro gore. De alguna manera, esta película entronca con las producciones que se realizaron de las adaptaciones de King en los años 80 y 90 del pasado siglo, sobre todo por su sencillez y pragmatismo, sin ambiciones ni pretensiones. De los aspectos técnicos, se echa en falta algo de credibilidad en los efectos especiales, que son algo rústicos, pero quizá porque quiera evocar a las producciones de otra época.

Las interpretaciones no son el punto fuerte, pero quizá en ello reside parte de la gracia, como ya ocurriera en las sagas de Scream, donde la calidad de las actuaciones no era lo importante. Sí queremos reseñar los cameos de Elijah Wood y del propio cineasta, para aportar más tono cómico.

Este film también nos hace rememorar a Destino final, por la continua sucesión de muertes alocadas, que nos provocan una sonrisa, ante la tragedia que debería ser. En definitiva, una producción entretenida, únicamente para pasar el rato, por los inverosímiles y disparatados acontecimientos, que son casi de chiste.

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