Parthenope (2024)
Duración: 136 min. País: Italia. Dirección: Paolo Sorrentino. Guion: Umberto Contarello, Paolo Sorrentino. Reparto: Celeste Dalla Porta, Dario Aita, Silvio Orlando, Gary Oldman, Stefania Sandrelli, Isabella Ferrari. Música: Lele Marchitelli. Fotografía:Daria D’Antonio. Productoras: The Apartment, Saint Laurent, Pathé.
Lo reconocemos. Tenemos cierta predilección por Paolo Sorrentino (La gran belleza, 2013, El nuevo Papa, 2019). Seguramente, esta debilidad que poseemos, viene causada por ser el heredero del cine de Fellini, de ese espíritu que despliega aspectos surrealistas y burlones. Sorrentino es muy capaz de realizar anuncios para marcas de perfumes, para reírse de todo, incluso teniendo la osadía de burlarse de esos mismos anuncios…, y de sí mismo. Sin embargo, jamás pierde su sentido de la elegancia. Podemos observar una secuencia de cualquier película suya, y pronto advertimos la marca reconocible, la que le hace ser el alumno aventajado del maestro Fellini.
En este nuevo film, más barroquismo, y más rococó elevado a la enésima potencia, pudiendo pensar que estamos ante una de sus mejores películas. Parte de un personaje, del que nos contarán parte de su vida, recorriendo la juventud de Parthenope. Ella, busca su lugar en el mundo, pero pasando por diferentes etapas, donde hallamos hedonismo, tragedia, deseo y momentos hermosos. Y como escenario, Nápoles, la ciudad donde la protagonista afirma que no se puede ser feliz ante tanta belleza. Como si sus habitantes padecieran el síndrome de Stendhal. Aquellos que lo experimentan, pueden sentirse abrumados por sentimientos como la euforia, la tristeza o el asombro… Una ciudad, Nápoles, inefable, que encanta, grita, ríe y siempre sabe cómo hacerte daño.
Epopeya femenina sin heroísmo, pero deseosa de libertad, repasando una vida, donde el transcurso del tiempo ofrece un vasto repertorio de emociones, con un guion dotado de reflexiones muy profundas, frases imborrables que perdurarán después de escucharlas en boca de los actores. Y esa mezcla entre lo profundo y lo soez… A veces, refinado, y otras casi vulgar, pero sin perder la compostura. Sorrentino en estado puro. Y una Parthenope, interpretada por Celeste Dalla Porta, reina de la película, que deslumbra en todas las escenas. La cámara baila al son de la actriz, se deja cautivar por ella, con primeros planos en los que nos mira fijamente, y casi nos embelesa, nos enamora y nunca nos parece tener suficiente. Una actriz en estado de gracia, pero que le debe a Sorrentino parte de esa magia. Sin olvidar la aparición estelar de Gary Oldman, que realiza una gran interpretación, hasta podríamos decir que una de las mejores de su carrera, porque deja diálogos impagables. Como siempre, una fotografía de Daria D’Antonio, exquisita. Y una selección musical de Lele Marchitelli, para acompañar la vida de esta musa, desde su nacimiento en 1950 hasta 2023.
Más de dos horas de cine, pero de ese cine que araña el alma, y que, inevitablemente nos emociona.
