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“Se dan muchos casos de personas que comenten suicidio sin haber pasado nunca por un servicio de atención psicológica”

La atención a la salud mental de las personas y comunidades es condición indispensable para el desarrollo de la calidad de vida.

Este es un artículo de opinión que se engloba dentro de una serie de apuestas por el territorio. Con su difusión, Asamblea Canal Roya pretende mostrar otras alternativas de desarrollo para estos valles.


Tal y como indica el documento del Ministerio de Sanidad sobre la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026, “la atención a la salud mental de las personas y comunidades es condición indispensable para el desarrollo de la calidad de vida y el ejercicio pleno de una ciudadanía en la que se conjuguen los derechos y deberes”.

En España, una de cada cuatro personas tiene o tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida.

Las muertes por suicidio han aumentado a nivel mundial y especialmente en España donde se han convertido en la primer a causa de muerte no natural en la población adolescente. Un 4% de este grupo de población ha realizado alguna tentativa de suicidio a lo largo de su vida y al 6,9% se le ha detectado una ideación suicida elevada.

Los problemas y relaciones familiares (36,6%) y la autoexigencia en los ámbitos profesional o académico (32,4%) son las dos causas más señaladas por las personas con experiencia propia en problemas de salud mental como detonantes para la aparición de este tipo de problemas.

De entre las personas diagnosticadas con un problema de salud mental, más de la mitad (58,5%) ha sentido rechazo social por ello en algún momento de su vida por parte de su entorno. El 55% ha sufrido discriminación y el 11% no le ha confiado a nadie el problema.

El informe presentado por la Confederación Salud Mental España refleja que un 18,9% de la población de más de 18 años consume psicofármacos y el 73% lo hace a diario.

La forma de relacionarnos con nosotros mismos y con otras personas parece que son las causas que mayor malestar generan. Es algo que hacemos todo el tiempo, pero no sabemos cómo hacerlo de forma adecuada, sana, constructiva… Es como si no supiéramos respirar bien o hacer la digestión adecuadamente. Además, el estigma que sigue rodeando a este ámbito de la vida tan básico perpetúa el tabú y silencia los problemas, generando un malestar que en ocasiones termina de una forma irreversible y sembrando de dolor a la persona afectada y a la gente que le rodea.

Hay muchas iniciativas que se podrían llevar a cabo para prevenir e intervenir en estas problemáticas. También hay muchos ámbitos de actuación. La dotación económica asignada para el proyecto de unir estaciones en Canal Roya ha ascendido a 45 millones de euros. El presupuesto aprobado para la comarca de la Jacetania de 2024 ha sido de 6.902.522,71 euros, menos de la séptima parte. Da que pensar.

Lo que podría hacerse…

Lo que se podría hacer con ese presupuesto es soñar con un mundo mejor. Un mundo con personas que se autoconocen, que se autocuidan, que sanan sus propias heridas en lugar de herir a otras. Es pensar en un mundo en el que la crianza es respetuosa, en el que la resolución de conflictos es constructiva, en el que ponemos límites, en el que tenemos pensamiento crítico… En el que nos valoramos por ser quienes somos y no por el resultado de nuestros actos, entre otras cosas.

¿Cómo conseguir todo esto? Dedicando presupuestos a los servicios sociales, al área de infancia y juventud de la comarca, a los ayuntamientos, a las AMPAs de las escuelas del territorio, a los centros de salud, a las residencias de personas mayores, a los centros de formación de profesorado y a todos los espacios desde los que trabajar con personas.

No podemos obviar tampoco un problema literalmente sangrante de nuestra sociedad como el de la violencia machista. Este tipo de violencia no solo mata a mujeres, sino que también se ceba con su descendencia, tendencia tristemente en alza la de la violencia vicaria. Trabajar la masculinidad tóxica y la gestión de emociones en la población masculina debería ser un objetivo fundamental para atajar este problema. Incidir por otro lado en la deconstrucción de los mensajes tan aprendidos transmitidos por el amor romántico, las relaciones codependientes y las creencias limitantes sobre la feminidad también influirían positivamente en el trabajo por la eliminación de la violencia machista.

Este dato no suele ser muy conocido: el suicidio es la primera causa de muerte no natural en el periodo perinatal (mujeres gestantes). Este periodo es el que comprende desde el embarazo hasta el primer año de vida del bebé. Probablemente es un dato que choque, puesto que se supone que es un periodo en el que la buena noticia de traer un nuevo ser a este mundo inunda a las personas y a las familias. Pero precisamente este es uno de los motivos: la suposición. Que algo supuestamente sea feliz pero que genere otro tipo de emociones diferentes o incluso contrarias nos hace sentir culpa, una culpa enorme acompañada de la incomprensión y la soledad. Y a veces no se sabe que existen otras formas de resolver o dar salida a este malestar. Se dan muchos casos de personas que comenten suicidio sin haber pasado nunca por un servicio de atención psicológica. ¿Cómo puede ser que alguien dedique tiempo y energía a planificar un acto suicida, a conseguir el material necesario para ello y nunca se plantee llamar por teléfono para pedir atención psicológica? Seguro que no hay una sola respuesta para esta pregunta, pero lo que está claro es que esta atención no se considera muchas veces una opción y si es así probablemente es por la falta de visibilidad, por no ver la salud mental, que muchas veces no se ve. Igual que se ve un corte o un tumor, deberíamos ser capaces de ver los problemas de salud mental.

Y para ello, desde la administración pública se pueden hacer muchas cosas. Implantar programas que trabajen con población desde el inicio de su vida hasta el final, comenzando por el embarazo y terminando con la tercera edad, dando la importancia necesaria a cada momento de la vida y su fragilidad.


  • Programas de salud mental perinatal basados en terapia cognitivo-conductual individual y grupal.
  • Programas de gestión emocional y habilidades sociales para infancia y adolescencia.
  • Programas de inteligencia emocional para familias.
  • Programas de inteligencia emocional para profesorado.
  • Programas de prevención y resolución de conflictos.
  • Acceso gratuito a servicios de apoyo y orientación psicopedagógica a familias.
  • Programas de prevención del acoso escolar en los centros educativos.
  • Programas de apoyo a la diversidad (sexual, intelectual, de capacidades, cultural, familiar, física…).
  • Grupos de crecimiento personal para población de todas las edades.
  • Programas de gestión emocional y habilidades sociales a personas mayores.
  • Programas de prevención del suicidio.
  • Programas para la eliminación de la violencia de género.

Seguro que me dejo problemáticas en las que incidir, pero esto es solo para tener una idea de cómo se podría contratar a profesionales para poder llevar a cabo este tipo de atención. También mantener espacios de encuentro para trabajar todos estos temas sería posible con un presupuesto de 45 millones de euros que en principio están destinados a ser disfrutados por unos pocos con un fin que no consiste en cubrir una verdadera necesidad y además es tremendamente irrespetuoso con la naturaleza.

Firmado: PILAR LÓPEZ LABORIA (Psicopedagoga y educadora emocional en Bienpensar Educación Emocional)
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