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“La IA, lejos de sustituirnos, se perfila como una aliada para potenciar nuestra creatividad y mejorar el bienestar laboral. Casos como el de Repsol, que integra herramientas generativas para optimizar el tiempo y la calidad del trabajo, confirman su impacto positivo en nuestro día a día”

La IA puede convertirse en una gran aliada para transformar positivamente nuestra forma de trabajar, crear o innovar.

En artículos anteriores, hemos visto cómo la IA (inteligencia artificial) no es intrínsecamente buena ni mala: su valor real depende del uso que hagamos de ella. Esta neutralidad significa que, cuando se incorpora de manera reflexiva, estratégica y ética, la IA puede convertirse en una gran aliada para transformar positivamente nuestra forma de trabajar, crear o innovar.

Puede optimizar procesos reduciendo las tareas mecánicas, permitiendo más espacio a la creatividad, la innovación o el desarrollo del talento humano. Además, si la orientamos a la resolución de problemas concretos, puede ayudarnos a tomar decisiones con mayor rigor y agilidad. No se trata de sustituir la inteligencia humana, sino de potenciarla, liberando a los equipos de tareas repetitivas para que dediquen su tiempo a la generación de valor, al diseño de mejores estrategias o a la búsqueda de soluciones que mejoren la calidad de vida en el entorno laboral.

Un ejemplo pionero en Europa es Repsol, cuya apuesta por la integración de la IA generativa como herramienta transformadora es total. El objetivo: redefinir el trabajo y potenciar la productividad. Durante el último año han realizado una experiencia piloto en la que participaron 600 empleados, divididos en dos grupos: uno con acceso a herramientas de IA generativa como Microsoft Copilot, y otro sin acceso a estas tecnologías. Los resultados hablan por sí solos.

Ahorro de tiempo: Los empleados que utilizaron herramientas de IA generativa ahorraron una media de 121 minutos semanales por persona. Dos horas de ahorro semanal por empleado que pudieron ser destinadas a otro tipo de tareas, mejorando ostensiblemente la productividad.

Incremento en la calidad: La calidad de los trabajos realizados aumentó un 16%, especialmente en aspectos como la creatividad, la gramática y la coherencia. Esto pone de manifiesto cómo la IA puede ser una aliada en áreas que habitualmente se consideran exclusivamente humanas.

Bienestar y experiencia del empleado: La mayoría de los participantes afirmaron que no querrían volver a trabajar sin estas herramientas. Esto sugiere que la IA no solo optimiza el trabajo, sino que también puede mejorar la experiencia laboral y reducir el estrés gracias a la automatización de procesos tediosos.

Este ejemplo de Repsol nos muestra que la IA, bien utilizada, no solo mejora los resultados, sino que también contribuye al bienestar de las personas. En un momento en el que se habla tanto del futuro del trabajo, es esencial entender que la tecnología no viene a sustituirnos, sino a complementarnos.

A diferencia de lo que mucha gente piensa, estas herramientas son sorprendentemente sencillas de usar, con interfaces intuitivas que permiten una adopción rápida incluso para usuarios sin experiencia previa. La curva de aprendizaje es breve y por tanto los beneficios se perciben a corto plazo. Además, son herramientas económicas, por lo que no hace falta ser una gran empresa como Repsol para integrar la IA en cualquier tipo de organización.

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