Mindfulness para asesinos (Achtsam Morden, 2024)
País: Alemania. Dirección: Boris Kunz, Martina Plura, Max Zähle. Guion: Anneke Janssen, Michael Kenda, Doron Wisotzky. Historias: Karsten Dusse. Reparto:Tom Schilling, Emily Cox, Peter Jordan. Música: Ziggy Has Ardeur, Konstantin Gropper. Productora:Constantin Television, Netflix.
Björn Diemel es un abogado estresado por las exigencias de su trabajo, y al que le falta tiempo para dedicárselo a su familia. Su mujer, le insiste en el poder del mindfulness, que podría cambiar su forma de afrontar la vida. Reticente, y con poca convicción, decide acudir a un instructor, Joschka Breitner, quien le va a proporcionar las claves del mindfulness(antiguo sinónimo en inglés de attention).
Este tipo de meditación, se basa en prestar atención desapasionada a los pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, sin juzgar si son adecuados o no. La atención se enfoca en lo que se percibe, sin preocuparse por los problemas, por sus causas y consecuencias, ni buscar soluciones. Esta nueva forma de despreocuparse, de controlar sus emociones, va a tener repercusiones imprevisibles.
Estamos ante una miniserie alemana, basada en la primera novela del abogado alemán Karsten Dusse que ha sido traducida a 26 idiomas, con más de millón y medio de ejemplares vendidos, solo en su país. La adaptación ha sido realizada por unos hábiles guionistas, que consiguen atrapar al espectador desde el primer capítulo, fusionando el género policíaco con elementos totalmente humorísticos y grotescos. De alguna forma, es difícil de encasillar en un género determinado, porque tiene más conexión con Breaking Bad de lo que parece, por su tono gamberro y desenfadado. También conecta con House of cards, cuando el abogado se dirige a la cámara para realizar comentarios incisivos de una situación.
El protagonista, adapta el mindfulness a su conveniencia, a sus necesidades, y lo aplica con objetivos que difieren de su esencia. Lo cual hace crear situaciones surrealistas, en las que casi es una burla al espíritu de esta tendencia o filosofía. En su búsqueda por la felicidad, tanto interior como exterior, pasará por encima de todo y de todos.
Destacamos, necesariamente, la gran actuación de su protagonista, Tom Schilling, en quien recae buena parte del mérito de la serie, mostrando a un buen tipo, atrapado en circunstancias equivocadas.
Producción divertida, que sorprende, que no dejará indiferente a nadie, pero que rompe con la mediocridad de la multitud de series comerciales que invaden plataformas y canales de televisión. La única objeción posible, es haber dejado abierta la posibilidad a una segunda temporada… o sucesivas. Algo que, posiblemente, no sería necesario, porque ya ha quedado resulta la trama principal.