El encuentro, acordado en Canfranc el pasado mes de octubre, servirá para empezar a “desbloquear asuntos, fijar fechas y avanzar en proyectos”, aseguró el consejero de Fomento, Octavio López
Octavio López informa sobre los asuntos a tratar en la reunión con el ministerio de Transportes del próximo lunes. FABIÁN SIMÓN
El consejero de Fomento, Vivienda, Logística y Cohesión Territorial del Gobierno de Aragón, Octavio López, informó este jueves de los aspectos que se abordarán en la reunión prevista con el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible el próximo lunes, 9 de diciembre. La delegación aragonesa, encabezada por el consejero de Fomento, pondrá sobre la mesa el acortamiento de los plazos de tramitación y ejecución de los diferentes tramos de autovía pendientes en Aragón: la A-21, A-22, A-23, A-40 y A-68. Además, en materia de servicios e infraestructuras ferroviarias, se solicitará la recuperación de frecuencias de AVE con Huesca, el restablecimiento de la línea ferroviaria hasta Lérida, el impulso del cercanías entre la capital aragonesa y Huesca, y otras mejoras en el corredor Cantábrico-Mediterráneo y la Travesía Central Pirenaica.
Tal como recordó el consejero López, la reunión del 9 de diciembre quedó acordada por el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, y el ministro de Transportes, Óscar Puente, durante el encuentro mantenido en Canfranc el pasado 25 de octubre y la intención del Ejecutivo aragonés es que estas reuniones se realicen periódicamente, preferiblemente cada 6 meses.
En cuanto a las carreteras, Octavio López señaló que el “aspecto fundamental a tratar es el de los plazos de tramitación y ejecución de las autovías comprometidas en territorio aragonés”. En primer lugar, pedirá la agilización del plazo previsto para la conversión en autovía del tramo de la A-23 entre Lanave y Sabiñánigo, fijado inicialmente por el Ministerio en 60 meses. Asimismo, solicitará la finalización de los tramos restantes de la A-21 entre Jaca y Pamplona que acumulan retrasos de más de una década y en la que faltan 3 tramos en la parte aragonesa: Sigües-Tiermas (finalización prevista en el primer trimestre de 2025), Puente la Reina de Jaca-Límite con la provincia de Zaragoza (pendiente de la actualización del proyecto) y la variante de Jaca, que está aún por licitar.
La licitación de la variante de Huesca, que enlazaría la autovía A-23 junto a Plhus y Walqa con la autovía A-22 a la altura de Siétamo, será otro de los puntos del orden del día. Además, se hablará de la reducción de plazos en el tramo aragonés de la A-68, en el que van retrasados tanto los proyectos constructivos de los tramos Quinto-Azaila e Híjar-El Regallo, como la licitación del estudio informativo del tramo Ventas de Valdealgorfa-Vinaroz. Al mismo tiempo, se defenderá el impulso de la A-40 entre Teruel y Cuenca, en vez de la alternativa de añadir un carril adicional a la carretera nacional existente.
Servicios e infraestructuras ferroviarias
Respecto a los servicios ferroviarios, se solicitará recuperar la prolongación hasta Lérida de la línea de Zaragoza-Monzón-Binéfar, bien mediante la declaración de línea de Obligado Servicio Público (OSP) o a través de un convenio con la Generalitat de Cataluña.
Se apostará igualmente por el impulso de la línea de cercanías Zaragoza-Huesca, además de instar a recuperar frecuencias del AVE a la capital oscense, sobre todo los fines de semana, que se perdieron durante la pandemia y que, en palabras de Octavio López, son “fundamentales para el turismo de la ciudad”. López, a su vez, reivindicará una “mayor inversión para acortar los plazos previstos en el Corredor Cantábrico-Mediterráneo y que el tramo entre Aragón y Valencia tenga las características de una línea de altas prestaciones, así como el impulso a la Travesía Central Pirenaica”.
En definitiva, según el consejero, este encuentro servirá para empezar a “desbloquear asuntos, fijar fechas y avanzar en proyectos”, además de establecer una “confianza duradera entre el Ministerio de Transportes y el Gobierno de Aragón”. López aseguró que “acudimos con la mejor disposición posible, con la esperanza de llegar a acuerdos que mejoren la vida de los aragoneses y con el convencimiento de que la colaboración entre las instituciones, gobierne quien gobierne, es necesaria, obligada y fundamental para la prosperidad del país y el desarrollo de sus territorios”.