Rosa Roca Crespí, mallorquina de nacimiento y residente en Artieda desde hace una década, ofrece un valiente y honesto testimonio, como víctima de violencia sexual en la infancia, a través de una doble publicación editada por el grupo editorial Letrame. Diario de un derrumbe narra años de agresiones sexuales por parte de un familiar (su tío), así como las secuelas psicológicas, el proceso judicial y el duro camino en busca de la sanación, mientras que Em-Pática pone de relieve el valor de la empatía humana ante esta clase de traumas y muestra la capacidad de la autora para recurrir a la imaginación como válvula de escape de su particular infierno.