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Aprender a soltar (Släpp taget, 2024)

Duración: 110 min. País: Suecia. Dirección: Josephine Bornebusch. Guion: Josephine Bornebusch. Reparto:Josephine Bornebusch, Pål Sverre Hagen, Sigrid Johnson y Olle Tikkakoski. Música: Uno Helmersson. Fotografía: Ragna Jorming. Productoras: Warner Bros.


Nos encontramos con la historia de Stella, una mujer que cree tenerlo todo bajo control. Salvo los cambios de humor de su hija adolescente, un marido ausente, y un hijo pequeño, que reclama constante atención. Cuando recibe una terrible noticia, su mundo va a cambiar, y la necesidad de poder controlarlo, va a ser imposible. Decide realizar un viaje con toda la familia, obligando a todos, y exigiendo a su esposo que la acompañe a una competición en donde su hija concursará. Todo ello, para unir a la familia, para retomar vínculos y afectos.

La directora, Josephine Bornebusch, que además de firmar el guion y ser la protagonista del film, plantea cómo nos han hecho creer que el concepto de familia debe ser algo perfecto, sin fisuras, en el que todos los integrantes son una unidad, un conjunto. Sin tener en cuenta, que son una suma de identidades, más allá de los roles asignados para cada miembro. La directora rompe con ese estereotipo, mediante la narración de una historia densa y emotiva, cuyos diálogos cobran más importancia que las imágenes, y donde los silencio aportan más información que cualquier otro elemento. Y un mensaje profundo: en muchas ocasiones, debemos detenernos para dar un paso atrás, recapitular y entender la situación actual con una clara perspectiva. Igualmente, expresar la necesidad de individualidades dentro de la familia, donde cada uno debe tener su espacio, más allá de la pertenencia al grupo. Stella, la protagonista, desea tenerlo todo atado y dominado, por miedo a que algo vaya mal. Pero, va comprendiendo que ese “todo”, no es susceptible de control, y hay que dejar fluir, dejar ir, soltar esa responsabilidad, que no puede recaer constantemente en ella. Gran actuación de Josephine Bornebusch, que se atreve a estar tanto delante como detrás de las cámaras, algo muy difícil, aunque no se advierte que la dirección se vea perjudicada, ni la dirección de actores desatendida.

Una historia desde una perspectiva íntima, que puede parecer simple, pero que aborda una situación compleja, para transformarla en una deliciosa película, con la que la mayoría puede sentirse identificada. Cada personaje tiene algo que contar, y, por supuesto algo a lo que enfrentarse: Sobre todo, miedos y arrepentimientos. Una producción valiente, que es un oasis dentro del panorama de películas comerciales, donde suelen escasear los planteamientos profundos que nos inciten a la reflexión.

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