
Participantes en la visita interpretativa pastoreo y paisaje en los puertos de montaña de Aísa, en una imagen facilitada por Ojos Pirenaicos.
El valle de Aísa fue escenario durante el fin de semana de la primera edición de unas jornadas dedicadas al pastoreo y el paisaje. Se trata de una actividad en torno a la ganadería extensiva y la educación ambiental, promovida por la empresa Ojos Pirenaicos y financiada por la Diputación Provincial de Huesca (DPH).
En la sala de usos múltiples del ayuntamiento, pudo verse la exposición Clarity, una muestra visual en torno a los efectos, causas y soluciones del cambio climático en el planeta y las montañas pirenaicas.
Una de las actividades principales del programa fue la visita interpretativa que se realizó en la mañana del sábado a los puertos de montaña, para explicar la relación del paisaje con las formas de vida pastoriles, la geología y la biodiversidad. Se puso especial énfasis en el papel que juega la ganadería como mantenedora del paisaje de montaña. También se dieron a conocer los recursos agroganaderos que posee el valle de Aísa, las explotaciones existentes y las iniciativas empresariales puestas en marcha por los ganaderos locales.
En Aísa, los más pequeños asistieron a la Academia de pastores, para participar en un juego ambientado en la vida del pastor del siglo XIX y principios del XX, mostrando las herramientas que se utilizaban y los modos de vida tradicionales desde una perspectiva lúdica. La actividad incluyó la visita a una explotación ovina actual.
Además, se organizó un cuentacuentos: Contando a Rabadancito, una aproximación a las leyendas e historias de los puertos de montaña y las experiencias de los pastores pirenaicos. Los cuentos ilustrados Rabadancito y El tributo de las tres vacas sirvieron para apoyar algunas de las dinámicas que los monitores impartieron en la sala multiusos.
El domingo, en una jornada concebida para disfrutar en familia, se realizaron juegos adaptados en las calles de Aísa, empleando algunas de las herramientas empleadas por los pastores en el desarrollo de su oficio.
Uno de los objetivos más importantes de estas jornadas, que era divulgar y acercar la ganadería a todos los públicos desde un punto de vista lúdico, se cumplió escuchando los cencerros y esquilas por las calles de la localidad, coincidiendo con el inicio del otoño, la época del año de recogida para todos los ganaderos.
El equipo de Ojos Pirenaicos agradece “la confianza depositada por el Ayuntamiento de Aísa y su personal” para la organización de las jornadas, así como la implicación de la DPH, que financia la programación aportando el 80% de su coste.
“Somos conscientes de que las primeras ediciones de este tipo de actividades siempre suponen un arduo esfuerzo para una localidad y un valle de las características de Aísa, pero confiamos en poder realizar nuevas propuestas que den valor al patrimonio cultural y ganadero, trabajando en la concienciación ambiental y el conocimiento y el amor por nuestro entorno más próximo”, asegura David Ruiz de Gopegui, de la empresa Ojos Pirenaicos.