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El programa de gimnasia de mantenimiento al aire libre que organiza el Ayuntamiento de Jaca durante el verano está teniendo una gran acogida entre los participantes

Personas mayores que participan en el programa de gimnasia funcional en una de las sesiones impartidas este verano en el Rompeolas de Jaca, en una imagen facilitada por María Lacasta.

Hay una imagen poderosa que está llamando la atención durante este verano y que no deja indiferente a nadie: ver la zona verde del Rompeolas, la parte final del Paseo de la Constitución, llena de personas mayores –en su gran mayoría mujeres– que al punto de la mañana se ejercitan en la sesión de gimnasia de mantenimiento, una de las actividades al aire libre que promueve el Ayuntamiento de Jaca y que imparte María Lacasta.

Es la fotografía de una sociedad moderna que muestra que el deporte en las personas mayores ha cobrado una relevancia creciente en los últimos años, gracias al mayor reconocimiento de sus beneficios para la salud física, mental y social. Hoy en día, la práctica de la actividad física en este grupo de edad, se considera esencial para mantener la independencia, mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades crónicas.

El programa de gimnasia de mantenimiento se desarrolla durante los meses de julio y agosto y mitad de septiembre. “Son tres sesiones, los lunes, miércoles y viernes de nueve a diez y media de la mañana”, explica María Lacasta, técnico de acondicionamientos físicos, que lleva ya tres años al frente de esta actividad y que también imparte clases en el CuboFit instalado en el entorno del glacis de la ciudadela, junto al seminario.

“Nuestro punto de encuentro es el Paseo Manuel Giménez Abad, junto a la guardería, a las nueve de la mañana, antes de realizar un pequeño paseo alrededor de la Cantera que hacemos a modo de calentamiento. Y de ahí, vamos al Rompeolas para empezar con los ejercicios”, comenta.

Se trata de un programa, que lleva haciéndose hace “muchos años”, pero que en los últimos tiempos está teniendo “una gran acogida” por el interés de las personas mayores en participar en actividades físicas adaptadas a sus capacidades, pero también por el “gran ambiente” que se ha creado en el grupo y que trasciende a las clases. “El ambiente es muy bueno y está fomentando las relaciones sociales entre las participantes. De hecho, la actividad no se acaba aquí, porque después suelen quedar a tomar un café”, apunta, recordando que los programas de ejercicio en grupo, a menudo organizados por centros comunitarios o deportivos, como es este caso, resultan muy populares por su componente social, ya que combaten el aislamiento y la soledad, problemas que son comunes en la tercera edad.

“La media de asistencia en 2022 era de 20 personas, en 2023 llegamos un día a 35 y en lo que va verano, la vez que menos han sido 35 y ya hemos alcanzado la cifra de 62 personas”, unos datos que hablan por sí solos de la importancia que están dando los mayores al deporte, entendiendo que la actividad física no es solo una herramienta para mantenerse en forma, sino también un medio para conservar la autonomía, prevenir caídas, reducir problemas articulares, sentirse más ágiles y mejorar su estado de ánimo.

“El primer año que me hice cargo del programa venía muy poca gente de Jaca, casi todas eran personas de fuera, pero ahora la participación está más equilibrada, casi podríamos decir que al cincuenta por ciento”, expone Lacasta, que señala que muchas de las asistentes (los hombres son minoría, solo cuatro o cinco) son mujeres activas que realizan actividad física durante todo el año: caminatas, natación, yoga, taichí, pilates, gimnasia funcional, aquagym… “El noventa por ciento son jubilados, la más mayor de 90 años, pero hay también muchas que superan con creces los 80”, detalla la técnico deportiva.

Uno de los factores que está influyendo de manera decisiva en la amplia acogida que tiene la actividad es que no es necesario apuntarse para participar en las actividades, considera María Lacasta. “La gente viene cuando puede, sin que haya un compromiso de asistencia, y esa libertad que tienen para acudir se traduce en una mayor participación”.

Las sesiones han contando este año con un mínimo de 35 personas y un máximo de 62. MARÍA LACASTA

Lacasta recuerda que cuando se incorporó al programa, el primer año, sintió “mucho respeto” por el hecho de tener que trabajar con personas mayores, pero con el paso del tiempo se ha ganado la confianza del grupo y está muy a gusto. “Hago lo que venía realizándose anteriormente, pero a mi manera; no he modificado nada, porque a los mayores les gusta seguir sus rutinas y se sienten cómodos así. Los lunes hacemos ejercicios de fuerza utilizando botellas de agua, los miércoles nos ejercitamos en el suelo con ejercicios de pilates y espalda sana, una actividad más relajada, y el viernes, si no hace mucho calor, hacemos una ruta andando por los alrededores de Jaca que completamos luego con un circuito de ejercicios de fuerza en el Rompeolas”, explica. “Hay personas a las que les cuesta más andar que no realizan la caminata y que se incorporan directamente a los ejercicios”, precisa.

María Lacasta se siente “muy orgullosa” de sus alumnas. “Son personas mayores que se levantan todos los días para venir a realizar actividad física”, un esfuerzo que es necesario valorar. “Estoy muy contenta”, asegura, agradeciendo también a David Biec, que fue coordinador de este programa a través de la empresa EBONE, la confianza y la apuesta que depositó en ella para impartir la actividad.

Ese ambiente, aunque de otra forma, se manifiesta del mismo modo en las sesiones que dirige todos los días laborables en el CuboFit, en horario de mañana y tarde.

“La media de asistencia es de 20 personas, el máximo establecido, y en su mayoría son familias: padres e hijos que siempre han hecho deporte y que vienen muy motivados”, detalla. Son sesiones de entrenamiento funcional, aunque se imparten otras actividades, y el que quiere puede acudir por libre a ejercitarse con los aparatos que ofrece el CuboFit. “El ambiente es también excepcional, hacemos juegos, dinámicas de grupo y entrenamos, somos una piña”, concluye.

Actividades en el CuboFit. MARÍA LACASTA
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