Está instalada en la Torreta y puede visitarse del 15 al 28 de agosto
Imagen de las vendedoras de té ansotanas que figura en el cartel anunciador de la exposición.
En esta exposición se pone en valor el trabajo que realizaban las mujeres fuera de su casa en el marco de la sociedad tradicional. Trabajos, silenciosos y silenciados, que no se recogen en los papeles oficiales, donde las mujeres siempre aparecen en su relación con los hombres, como doncellas, casadas o viudas, sin reconocerles ningún oficio.
Las mujeres de Ansó, localidad que se encuentra en el valle del mismo nombre, el más occidental del Pirineo aragonés, trabajaron en diversas ocupaciones temporales lejos de casa, del pueblo e incluso del su país, durante la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del XX.
Las ansotanas trabajaron como jornaleras por La Ribera, fueron obreras en las fábricas de alpargatas de Mauleón (Francia) y camareras en los balnearios de Panticosa y Tiermas, pero, lo más sorprendente, es que fueron vendedoras ambulantes de yerbas medicinales y té de Suiza. Con este modesto comercio, recorrieron España caminando, siempre mujeres solas y vestidas con su traje tradicional. Así las vieron en Madrid, Benito Pérez Galdós en 1893, William Laparra e Ignacio Zuloaga en 1901, Joaquín Sorolla en 1911 y José Aguiar en 1933, entre otros. Un caso único en nuestro país que ha podido reconstruirse gracias a los artículos de prensa y obras artísticas que inspiraron estas modestas mujeres.
Organizada por la Asociación A Gorgocha, se compone de 24 paneles, 18 en castellano y seis en aragonés, más un audiovisual, igualmente en aragonés, donde se recogen las vivencias de estas mujeres.