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CARRERA DE OBSTÁCULOS

La prueba, que se celebra este sábado, incorpora por primera vez una categoría de parejas mixta

El Muro deja imágenes espectaculares del gran esfuerzo y destreza que tienen que demostrar los corredores. TURISMO VILLANÚA/YHABRIL MORO

Las 26 gradas del barranco de El Lierde (el barranco tiene un total de 28), en Villanúa, volverán a ser este sábado los temidos muros que deberán superar los participantes de la tercera edición de El Muro, la carrera de obstáculos más espectacular del Pirineo que empezará a las 10 de la mañana. Tras dos primeras ediciones en las que la prueba ha experimentado un crecimiento fulgurante tanto de inscritos como de público, este año se presume que será el de su consolidación con récord en el número de participantes y la incorporación de nuevos obstáculos a lo largo del circuito que la harán más espectacular y compleja.

Éste es el principal objetivo de la organización: que cada año haya sorpresas y nuevos retos que incrementen el desafío de los corredores y el espectáculo deportivo para los cientos de espectadores que jalonan los extremos del cauce del barranco. Por eso desde Villanúa Deporte se guardan con celo las novedades que mostrará el circuito. El eje central de la prueba son esas 26 gradas del barranco de El Lierde, que conforme se endurece la prueba se transforman para muchos en muros casi insalvables. Pero se han introducido nuevos obstáculos que se interpondrán en el recorrido y que lo harán más duro pero también más atractivo.

Ángel Varela, coordinador de Deportes del Ayuntamiento de Villanúa, explica que “la morfología de los barrancos ha cambiado bastante por las lluvias de este invierno. Hay algunos que son más bajos, otros más altos, y esto es lo bonito de esta prueba, que de un año para otro el mismo circuito puede sufrir alteraciones que hacen que el recorrido cambie y que se convierta en un nuevo desafío”. Y es que el barranco, pese a que se trata de una estructura consolidada, no deja de transformarse como si formara parte misma de la naturaleza que lo rodea.

En las dos primeras ediciones se pudo comprobar que esta carrera no solo es una cuestión de fuerza y fondo físico sino también de habilidad y destreza. No necesariamente los más fuertes son los que acaban ganando. De hecho, el pasado año el triunfo fue para el jovencísimo Peio Añarbe, que corría por primera vez en su vida una carrera de estas características y fue el que mejor supo descifrar los secretos de cada obstáculo. En la misma salida los corredores debían atravesar arrastrándose (por debajo de unos cables) la pista de vóley playa y después mover unas grandes y pesadas ruedas de tractor. Fue en ese tramo donde consolidó una distancia que mantendría hasta el final.

Aprovechando la estructura de canalización del barranco de El Lierde, las sogas instaladas por la organización y el acondicionamiento respetuoso del entorno, se ha logrado diseñar un track único en el mundo que atrae la atención de cientos de espectadores. Es otra de las cualidades de esta espectacular prueba: el público la puede seguir íntegramente y animar a los corredores de cerca, desde los márgenes del barranco o en el puente que lo cruza a la altura de la carretera nacional.

Al igual que el pasado año, en esta tercera edición se ha previsto una prueba clasificatoria para la categoría de adultos, que comenzará a las 10 de la mañana, y la final, que se celebrará en torno a las 12 del mediodía. Se incorpora como novedad la categoría de parejas mixta (contará el tiempo del que llegue segundo) además de la categoría infantil, con inscripción gratuita, que se disputará entre las dos pruebas de adultos.

La salida y meta estarán ubicadas en la zona verde situada delante del polideportivo de Villanúa; nada más salir habrá una recta rápida y varios obstáculos antes de llegar al cauce del barranco, al que se accede por debajo de uno de los 6 vanos del puente urbano situado al lado del polideportivo.

A partir de allí comienzan los 26 muros. El último es el más complicado porque tiene mayor altura y estará protegido con colchonetas y equipado con cuerdas fijas. Para superarlo se darán dos opciones: utilizar las sogas colocadas para tal efecto o a pulso y sin más ayuda que la destreza y el calzado especializado.

Una vez superado este muro la carrera continúa por el cauce a la derecha y desciende por el camino contiguo al barranco hacia la línea de meta. Antes de llegar de nuevo a la carretera los participantes tendrán un porteo de un tronco de leña y alguna otra dificultad. Tras él, volverán a entrar al cauce del barranco para pasar nuevamente por debajo de la N-330, salir del cauce a mano izquierda, pasar la primera pasarela y llegar a la meta.

Algunos detalles de la prueba del año pasado. TURISMO VILLANÚA/YHABRIL MORO
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