El espectáculo que se pre-estrenó en Bailo está basado en hechos reales, más concretamente en El Tributo de las Tres Vacas, el tratado de paz en vigor más antiguo de toda Europa que se conmemora todos los años el 13 de julio en la Piedra de San Martín (muga n.º 262 de la frontera hispano-francesa).
Un momento del espectáculo que pudo verse en Bailo, en una imagen facilitada por el autor del artículo.
El pasado viernes, día 26 de julio, el payaso aragonés y director de la Compañía Chachito Show, Guillermo Gorría, preestrenó en Bailo el espectáculo MUGA.
MUGA es una historia de paz sin fronteras. La frontera sigue generando temas de discusión y análisis en un mundo que, aunque esté cada vez más globalizado, genera situaciones conflictivas a un lado y otro de la misma.
El espectáculo que se preestrenó en Bailo está basado en hechos reales, más concretamente en El Tributo de las Tres Vacas, el tratado de paz en vigor más antiguo de toda Europa que se conmemora todos los años el 13 de julio en la Piedra de San Martín (muga n.º 262 de la frontera hispano-francesa). Este hecho ya fue relatado por el artista y director de la compañía, Guillermo Gorría, en su primer cuento con mismo nombre. Ahora el cuento se teatraliza con el objetivo de que niños y mayores reflexionen sobre el papel que han desempeñado las fronteras (o mugas) a lo largo de la historia al separar colectivos sociales.
En el espectáculo nos encontramos con Pietro, un pastor trashumante de vacas que, desde una manera divertida y a través del clown, aborda el efecto de la frontera narrándolo en una mezcla entre el castellano y aragonés ansotano. Junto a Pietro las vacas Jaquelin (francesa) y Maialen (navarra) comen pastos y pasan a beber de las fuentes sin ningún miramiento y sin entender por qué a los hombres se les ha ocurrido poner una línea de separación, para ellas sin ningún sentido.
Los intereses humanos condicionan el funcionamiento lógico de otros seres o especies que habitan en el territorio y crean fronteras de división en función de los intereses de un colectivo o grupo social. Incluso la defensa de lo que cada colectivo considera de su propiedad ha generado luchas muy sangrientas que, en el caso en que se basa esta obra, han llegado a calificarse de guerras. La solución de este conflicto entre pastores franceses y navarros es uno de los aspectos más interesantes. No fueron capaces de solucionarlo ni los órganos jurídicos del reino de Navarra ni los del vizcondado de Bearne y sí los pastores del vecino pueblo aragonés de Ansó, lo que venía a demostrar que los propios habitantes del Pirineo eran los más capacitados para resolver sus problemas, al ser quienes mejor conocían su propia cultura y modos de vida.
La solución de este problema fue el famoso Tratado o tributo de las Tres Vacas, cuyo veredicto se dictó en el atrio de la iglesia parroquial de Ansó por los llamados seis hombres buenos de este valle. Tributo que debían pagar los franceses a los navarros y que todos los años debían reunirse el 13 de julio para juramentar la paz. Así, ese día se juntan (desde 1375) franceses y navarros y, en presencia de los ansotanos, ponen sus manos sobre la muga n.º 262 que separa la frontera entre Francia y España y con el grito Pax Avantquieren recordar al mundo que la paz y la palabra deben permanecer por encima de cualquier conflicto.
Esto es lo que pretende divulgar el equipo creativo de este espectáculo que está formado por Guillermo (el payaso y productor de la obra), junto a artistas rurales aragonesas como la grañense Patri Coronas (en la dirección), Érica Urdeitz (de La Peña en la escenografía), la taustana Sol (en la dirección de títeres), la caspolina Raquel Poblador (vestuario) y la bailense Inés Castán (en decoración y macramé). Entre todos ellos han definido MUGA, un espectáculo creado artesanalmente en el medio rural para traspasar fronteras.