Durante el verano se está desarrollando la quinta edición del campamento para jóvenes que comienzan a realizar sus primeros vuelos en solitario
Dos alumnas preparando los aviones. FLY PYR SANTA CILIA
El aeródromo de Santa Cilia alberga durante este verano la quinta edición del campamento para jóvenes pilotos. En el mes de julio, han pasado por las instalaciones de Turismo de Aragón, gestionadas por Fly Pyr Santa Cilia, 11 nuevos pilotos de planeador para iniciarse en la práctica de este deporte. Al finalizar la promoción de agosto, se alcanzará la cifra de 50 alumnos formados en esta escuela del Aeroclub Nimbus, que el próximo año celebrará su 50.º aniversario.
Con esta actividad, el club oscense recupera en el aeródromo de Santa Cilia una actividad que vino realizando durante varias décadas en el antiguo aeródromo de Monflorite, convertido actualmente en el aeropuerto Huesca-Pirineos. Se estima que en esas instalaciones empezaron sus carreras aeronáuticas en torno al 60% de los pilotos militares y civiles españoles de la segunda mitad del siglo XX, explica Fly Pyr en una nota de prensa.
Los campamentos estivales están dirigidos a jóvenes de 14 a 20 años de edad, dándose la circunstancia de que en el mes de julio ha habido más alumnas que alumnos. Algunos de ellos han vuelto como pilotos de avión, a realizar tareas de remolcado de planeador a los nuevos alumnos; otros están a punto de iniciar su carrera profesional como pilotos de línea aérea.
Alumnas que han participado en el campamento de julio. FLY PYR
Los alumnos duermen en unos apartamentos de turismo rural en Javierragay, localidad situada a 2 km del aeródromo de Santa Cilia, acompañados de una monitora de tiempo libre. Acuden a las instalaciones de vuelo en bicicleta, a las 9:00 horas, para completar durante la jornada entre dos y tres vuelos diarios. La comida la realizan en el mismo aeródromo y la tarde la dedican a ir a la piscina o a asistir al aula de formación teórica. El campamento les aporta, además, una excelente experiencia personal de convivencia y trabajo en equipo.
Como dato curioso, señalar que este año, el madrileño Víctor Panadero se convirtió en el piloto más joven del país al completar el examen que le acredita como tal y le da acceso a la licencia coincidiendo con el día en que cumplía los 16 años.
Diego Braña, también de 16 años y uno de los alumnos del campamento durante el mes de julio, reconoce que no puede “describir con palabras” la experiencia vivida en Santa Cilia. “Es inolvidable. Cuando estoy volando, disfruto del ambiente y aprendo los aspectos esenciales de la aviación”, señala, al tiempo que reconoce que, “sin ninguna duda”, este campamento ha “sobrepasado” sus expectativas.
“Ver el Pirineo desde el aire es una imagen que no se me va a borrar nunca de la cabeza. Durante mi vuelo más largo, llegué hasta la entrada del valle de Ordesa y he alucinado. Ver tantos pantanos y picos desde arriba, pero sobre todo, verlos en silencio, no solo me trae sensación de paz sino que me desconecta del mundo exterior”, asegura, señalando que cuando está en el aire todas sus preocupaciones se quedan en tierra. “Es una sensación única que no pienso abandonar nunca”, añade.
Martina Sánchez, alumna también de 16 años, explica que los sentimientos que tuvo el primer día de vuelo son “difíciles de describir”. “Pasé mucha emoción y nervios, pero a la vez me sentía segura, y eso se lo debo a mis grandísimos instructores, a los que siempre estaré agradecida”, confiesa, para añadir que piensa volver a Santa Cilia.
“El aeródromo es muy especial, tanto por sus instalaciones como por el personal y los socios del aeroclub, que siempre están dispuestos a echar una mano. También hemos estado a gusto en las aulas dando clases teóricas, preparando y limpiando los aviones con todas las facilidades para hacerlo bien y de forma segura”, apunta, refiriéndose igualmente a la posibilidad de disfrutar con agua “fresquita, muy de agradecer, los días de mucho calor” que han tenido.