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Se cumplen 40 años del manifiesto acuñado por Francisco Ferrer Lerín sobre el Arte Casual, un concepto para designar elementos no naturales que aunque no están concebidos con una intencionalidad artística transmiten una emoción estética

Ferrer Lerín, semioculto entre balas de alfalfa empaquetadas, en el valle del río Gas de Jaca.

Coincidiendo con el 40.º aniversario de la creación del concepto Arte Casual, creado por Francisco Ferrer Lerín, Jot Down Books ha publicado un atlas donde aparecen seleccionadas 64 obras representativas de este género artístico –si es que puede considerarse como tal–, captadas por el propio autor y por amigos y fieles seguidores del Arte Casual.

Como bien se explica en el prólogo del libro, presentado en un formato que recuerda a los catálogos de las exposiciones, el Arte Casual se caracteriza por la integración de elementos aleatorios y ordinarios en la creación artística, donde lo común y lo rutinario se convierten en materia prima para obras de arte. Se trata de un enfoque que rompe con las convenciones tradicionales del arte, desafiando las percepciones habituales y destacando la belleza y el interés en los aspectos más mundanos y cotidianos de la vida.

Atlas de Arte Casual es una obra complementaria al manual teórico Arte Casual, publicado en 2019 por el sello sevillano Athenaica Ediciones (Serie Arte Contemporáneo), que reúne una serie de trabajos –estudios y reflexiones– sobre el significado y la idea del Arte Casual; en el que participan notables colaboradores y pensadores como Ignasi Aballí, Frederic Amat, Félix de Azúa, Juan Buil Oliván… Esta obra es de imprescindible lectura para conocer la naturaleza de esta categoría artística.

“La identificación visual de las aves, en espacios abiertos, prima sobre la identificación auditiva. A mediados de los ochenta, la práctica intensiva de la ornitología de campo me lleva a recorrer escenarios periurbanos donde medran especies de clara antropofilia como el gorrión común –Passer domesticus–, el estornino pinto –Sturnus vulgaris–, la abubilla –Upupa epops– y la cogujada común –Galerida cristata–. Es en esos escenarios –pequeños cultivos, ejidos, yermos, vertederos– donde descubro, al tiempo que observo las aves, manifestaciones espontáneas de arte contemporáneo, manifestaciones desprovistas de intencionalidad artística, fruto de actividades humanas de carácter funcional”, explica Ferrer Lerín en la introducción de Atlas de Arte Casual.

Partiendo de esta experiencia contemplativa, en 1984 redacta un manifiesto que acuña con el término “Arte Casual” e inicia un proceso para captar manifestaciones de este “movimiento artístico” mediante la cámara fotográfica, herramienta que resulta fundamental e imprescindible para dejar constancia de la existencia de una “obra” que por lo general es efímera.

Como explica el propio Ferrer Lerín en una entrevista firmada por Ángel L. Hernández y que fue publicada en febrero de este mismo año, “el Arte Casual se diferencia por no trasladar el objeto a un museo o una galería de arte, sino por dejarlo en su contexto. A quien lo detecta, conocedor de su carácter, que puede ser efímero por el riesgo de deterioro o desaparición, no le queda más remedio que recurrir a la cámara fotográfica para dar constancia de su existencia, maniobra que puede confundir a personas apresuradas ya que nunca la foto es Arte Casual, sino un mero soporte del mismo”.

De ahí, la relevancia de la publicación de Atlas de Arte Casual, ya que permite al lector identificar visualmente y de forma sencilla la naturaleza de un género que desde el principio provocó controversia por parte de la crítica y de los propios artistas contemporáneos. “Son muchas las cuestiones que suscita la sistematización de Arte Casual, no siendo las de menor importancia las que atañen a la propiedad de obras artísticas y a su autoría”, reconoce Ferrer Lerín.

Portadas de Atlas de Arte Casual y Arte Casual, obras complementarias para comprender el carácter de este género artístico acuñado por Francisco Ferrer Lerín.

¿Es arte el Arte Casual? Es una pregunta retórica que como tal no presupone una respuesta categórica y concisa, sino que invita a una reflexión que cada persona debe afrontar y desarrollar apelando al conocimiento y al pensamiento crítico.

“La categoría de obra de arte depende de su recepción pública tanto como de la voluntad del artífice”, explica Juan Buil Oliván en su artículo La casualidad en el Arte Casual, que forma parte del volumen de Athenaica Ediciones antes referido.

“La lectura que distintos individuos en distintos momentos, épocas y culturas hacen de una obra son recreaciones diversas, variantes que se van acumulando e incorporando al sentido original ya de por sí ambiguo y abierto, contribuyendo así a la universalidad de la obra, que incluye adheridos, por así decirlo, los discursos e interpretaciones que genera, por subjetivos, cambiantes y contradictorios y acumulativos que sean”, dice Buil, que señala que, de este modo, “son muchos los artilugios que, surgidos con o sin voluntad artística, han visto cómo el paso del tiempo, la evolución de la mentalidad colectiva y el cambio de las ideas al respecto los han convertido en obras de arte”.

El Arte Casual de Ferrer Lerín, según este autor, hay que situarlo entre las nuevas formas, conceptos y tendencias artísticas surgidas en la segunda mitad del siglo XX, como son, por una parte, la abstracción y el abandono de la figuración; y por otra, la progresiva desaparición de la obra como producto y objeto para ser sustituida por un arte conceptual que vive en manifestaciones y creaciones efímeras, temporales y momentáneas (perfomances, happenings, instalaciones…), y que se sustenta en nuevos soportes inestables (land art, body-art).

Como resumen final, reconoce que, si bien las vanguardias que revolucionaron el arte durante el siglo XX “querían desmitificar y desacralizar el arte y sus manifestaciones purificándolas de su condición mixtificadora de mercancías, el Arte Casual sin duda es uno de sus más fieles y legítimos herederos”.

Sobre la pregunta de si el Arte Casual puede considerarse como tal, el propio Ferrer Lerín recoge en su Atlas algunas reflexiones y comentarios que han realizado diversos autores que no han tenido reparos al hablar abiertamente sobre ello.

“Aceptada la falsa o sincera complejidad del arte contemporáneo, a los artistas y especialistas no les gusta que alguien, y además desde otros terrenos creativos, se les diga que aquello que han labrado con tanta dificultad se encuentra ‘casualmente’ al pasear por ahí”, afirma Jesús Martínez Clará. O como dice Luis Ordóñez: “A mí también me gusta el Arte Casual (‘esa nueva visión del territorio’), y mucho. Frente a la idea duchampiana del objeto encontrado, ‘extraer’ y ‘colocar’ en la galería, y convertirlo en obra de arte solo porque ha sido elegido por la mano del artista, el Arte Casual no descontextualiza, sino que es en su lugar donde tiene valor artístico, pero claro tiene que ser fotografiado y este hecho –de reproductibilidad técnica– imprime autoría. Entonces es arte porque ha sido elegido por la mirada del artista”.

A todos estos debates y controversias surgidas en relación al Arte Casual como expresión artística, Ferrer Lerín recuerda la advertencia que recientemente le hizo Lola Aparicio Carrillo, una amiga jienense, respecto a que en Wikipedia se rechazara la inclusión de un artículo sobre Arte Casual a un texto “impecable” presentado por un profesor de la Universidad de Zaragoza. “Me advirtió, espero que solo sea para consolarme, que se trataba de una idea quizá con demasiada carga de profundidad, que podría hacer tambalear algunos postulados hasta ahora inamovibles y que quizá, con el paso del tiempo, se calibraría el alcance de la idea y se irían derribando los obstáculos”.

Clara y reveladora es también la afirmación que hace Enrique Juncosa en el artículo introductorio Ferrer Lerín, artista, de Atlas de Arte Casual, donde expone sin ambages que “es posible sentir una emoción estética de la contemplación de elementos no naturales, es decir, resultado de la intervención de los hombres, y que sin embargo no han sido pensados con una función artística. Estas organizaciones formales de distintos materiales, sugieren tal vez que los humanos tenemos una sensibilidad innata hacia el orden y la belleza, arreglando las cosas visualmente de forma inconsciente, o que también somos capaces de establecer relaciones simbólicas con formas e imágenes de todo tipo, tal y como lo hacemos con las palabras, el espacio o el ritmo”.

El arte, en cualquiera de sus manifestaciones y expresiones, “nos hace sentir muy libres”, “pertenece al ámbito de la estética y está sujeto al momento y la percepción de cada individuo, porque es subjetivo”, expone Álvaro Tarik, el director del programa El Club Lento de Radio 3 Extra, que recuerda que “una obra artística ha de actuar y llegar a comunicar con el espectador en función a tres conceptos: que exprese ideas, que transmita emociones y que conlleve pensamientos, es decir, una visión del mundo”.

Sin bien en el Arte Casual no existe un sujeto artista como tal, porque carece de intencionalidad artística, se cumplen todas estas premisas: expresa ideas, transmite una emoción estética e invita a la reflexión, haciéndonos con ello más libres y ofreciéndonos una visión del mundo en la que no habíamos reparado.

Torremolinos, Málaga. Fotografía de Joaquín Fabrellas Jiménez (Atlas de Arte Casual)

San Miguel, Cabo de Gata. Fotografía de Louise Ann Glanville (Atlas de Arte Casual)

Restos de los carteles pegados en la pared de la parada del metro en Marble Arch, en Londres. Fotografía de Fernando del Val (Atlas de Arte Casual)

Zócalo de chineros. Torredonjimeno, Jaén. Fotografía de Antonio Erena Camacho (Atlas de Arte Casaual)

Suelo del muelle del puerto de Roda de Bara. Tarragona. Fotografía de Pedro José García Ruiz (Atlas de Arte Casual)

Inscripciones en un muro de un patio escolar, en Jaca (Altas de Arte Casual)

Agujero en uno de los pasillos de salida de la estación “Bilbao” de la línea 1 del Metro. Madrid (Atlas de Arte Casual)

Manifiesto de Arte Casual de Francisco Ferrer Lerín

¿Qué es Arte Casual?

1.- El que se da en objetos o grupo de ellos, materiales sin vocación artística, que por su ubicación, colocación o combinación producen en el observador un placer visual sin haberlo pretendido el responsable de la situación.

2.- Todo lo que es capaz de crear una “emoción estética” partiendo de elementos no “naturales” pero no “pensados”, en su construcción y/o en su colocación, con “mentalidad artística”.

Características

1.- Casualidad, espontaneidad, involuntariedad de la obra.

2.- Transitoriedad, temporalidad, fugacidad del hecho artístico.

3.- Adogmático, abierto, subjetivo, infinito, impredecible, aleatorio.

4.- Popular, libre, democrático, público, comunitario.

Reflexiones sobre el Arte Casual

1.- No es sarcástico; no se burla (del arte actual).

2.- No es revanchista; no venga una afrenta al arte.

3.- No es crítico.

4.- No es iconoclasta.

5.- Sino que es deudor del arte último porque éste nos ha enseñado a ver, a apreciar la descontextualización, las series, los nuevos agrupamientos de objetos, los acotamientos del espacio, los empaquetamientos, los apilamientos, el azar como fuente de placer estético.


Ferrer Lerín, artista total

Cartel anunciador de la exposición Francisco Ferrer Lerín, artista total, en Jaén.

El Centro Andaluz de las Letras organizó del 9 de abril al 5 de mayo, en la Biblioteca Pública Provincial de Jaén, la exposición Francisco Ferrer Lerín, artista total. La pretensión de este proyecto expositivo era acercar el universo creativo menos conocido de Ferrer Lerín compuesto por diferentes manifestaciones artísticas que dialogan entre sí. La muestra se componía de una serie de secciones que daban cuenta a nivel visual de esa heterodoxia ya advertida en su obra poética y literaria.

En la sección Acciones, “rigurosas alteraciones de la compostura humana, el relato visual lo conforma una serie de obras de distintas épocas, en las que el autor libera el gesto de su forma convencional, y pasa a utilizar el cuerpo como una expresión artística más, reivindicando su potencial plástico y capacidad de autorrepresentación”, como se explicaba en el programa de la exposición.

“Las imágenes de su Arte Casual (AC), siempre vivo, coincide con la publicación del libro Atlas de Arte Casual(Jot Down), donde nuevas miradas consolidan esta iniciativa única de arte colaborativo”, añadían los promotores al referirse a otra de las secciones de la muestra, al mismo tiempo que recordaban que su Manifiesto de Arte Casual “nos da las coordenadas para comprender las obras desde un rigor metodológico y conceptual”.

La exposición incluía también una sección denominada Casos, que reunía “textos fronterizos” del autor “donde la trama desprecia al género, a medio camino entre lo sicalíptico, lo clínico, lo narrado, lo lírico, el informe, el sonido y la monstronimia”, que muestra al Ferrer Lerín “más iconoclasta y canalla”.

BLOG DE FERRER LERÍN
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