Celebración de san Indalecio en 2022, en una imagen de archivo.
Este domingo, 9 de junio, se celebrará la romería del Voto a san Indalecio, en San Juan de la Peña, siguiendo los actos tradicionales que comenzarán a las 11:00 horas con la recepción de las cruces y el saludo a la cruz de Botaya en la Pradera de San Indalecio. Desde ahí, discurrirá la procesión hasta el Monasterio Viejo portando la peana con la imagen del Santo. Se cantarán las letanías y los Danzantes de Santa Orosia bailarán sus mudanzas de palos.
Tras la misa en la iglesia del monasterio románico, se retornará a la pradera, donde se despedirá a los cruceros, se cantará el himno de san Indalecio y se obsequiará a los asistentes con torta, vino y refrescos.
En la misma pradera, tendrá lugar la comida de alforja propia de la romería, y ya por la tarde, a las 16:00 horas, la Asociación Espelungué Aragonés de A Chazetania organizará juegos tradicionales.
San Indalecio, según la tradición, era natural de Caspe y fue uno de los Siete Varones Apostólicos convertidos a la fe cristiana por el apóstol Santiago, Tras vivir junto al Apóstol y sepultarlo en Compostela, acompañado del resto de Varones, todos ellos se separan, relata Ricardo Mur en su libro Pirineo, montañas profundas. “Indalecio va a Urci, la Paschina visigoda, muy cerca donde los árabes edificarán la actual Almería. De allí pasa a Granada, Cartagena, Lorca, Murcia, Elche, Orihuela, Alicante, Valencia, Alcañices y Segorbe. Luego pasa a Tarazona, Zaragoza, Oca, Burgos, Toledo y finalmente a su querida Urci. Se sabe que fue arrojado al mar y posteriormente enterrado en Urci, donde estuvo hasta su traslación”, cuenta.
Sus restos fueron conducidos al Monasterio de San Juan de la Peña en el siglo XI, en tiempos de don García, primo de don Sancho, abad del monasterio. Desde el año 1187, 238 pueblos de estas montañas hicieron solemne voto de acudir una vez al año, en torno a Pentecostés, al enclave pinatense para honrar al Santo y pedirle que vele por el agua para los campos y la cosecha, tradición que se mantiene hasta nuestros días.
Su fiesta litúrgica se celebra el 15 de mayo, el mismo día que san Isidro, y sus restos se hallan actualmente conservados en una urna de plata en el altar mayor de la Catedral de Jaca, junto a los de santa Orosia y san Félix y san Voto.