Por los centros invernales del Grupo Aramón pasaron más de 800.000 esquiadores
Estación de Formigal el sábado 6 de abril, en la jornada previa al cierre de la temporada, en una imagen facilitada por el Grupo Aramón.
Las estaciones de esquí cerraron el domingo una temporada atípica, marcada por la falta de nieve en fechas claves del periodo invernal, como el puente de la Inmaculada y la Constitución y las fiestas navideñas. Con las precipitaciones de mediados del mes de enero, se reactivó la ocupación y la presencia de esquiadores, si bien no fue hasta las copiosas precipitaciones de finales de febrero y principios de marzo cuando los centros invernales de los valles del Aragón (Astún y Candanchú) y Tena (Formigal-Panticosa) pudieron ofrecer sus mejores condiciones en cuanto a la superficie esquiable y la calidad de la nieve. Con la Semana Santa en el horizonte, se decidió ampliar la temporada hasta el 7 de abril, para aprovechar la buena coyuntura y dar a los esquiadores la opción de disfrutar de algunos días más de actividad. Aun así, ha sido una campaña más corta que otros años, con 124 días de esquí, donde el mensaje común transmitido desde el sector es que ha resultado una temporada “muy difícil” de gestionar y en la que ha sido necesario “adaptarse a un escenario de condiciones meteorológicas cambiantes”.
Al cierre del periodo 2023-2024, el Grupo Aramón ha sido el único que ha hecho, por el momento, un balance oficial de la campaña, dando a conocer sus datos de actividad, con más de 800.000 esquiadores registrados en los centros invernales del Pirineo (Cerler y Formigal-Panticosa) y Teruel (Javalambre-Valdelinares).
La temporada ha evolucionado de menos a más, con un inicio marcado por la escasez de nieve y donde la inversión en tecnología ha sido determinante para poder asegurar la apertura y actividad de las estaciones, explica el Grupo Aramón, que recuerda que los episodios de grandes nevadas de febrero y marzo “trajeron un repunte de afluencia de esquiadores para disfrutar de las mejores condiciones de nieve de la temporada, que han permitido alargar la campaña en el Pirineo”.
En resumen, para Aramón ha sido “una campaña marcada fuertemente por la meteorología, que ha condicionado los resultados de la misma, si bien con un balance final satisfactorio para el conjunto del grupo”. “Se ha logrado mantener las cuatro estaciones abiertas, una gran afluencia de esquiadores y con ello la actividad económica del entorno (hoteles, tiendas, restauración, etc.), lo que pone en valor la estrategia desarrollada por el grupo para adaptarse a escenarios inciertos”, subraya Aramón, que incide en que esta estrategia “permite mantener una media de más de un millón de esquiadores en las últimas temporadas, confirmando el papel de Aramón como motor económico y social de los valles en los que opera”.