
Desde la Junta de Cofradías de la Semana Santa se viene insistiendo desde hace varios años en la dificultad para incorporar a nuevos hermanos a las cofradías, especialmente jóvenes, un problema que no afecta únicamente a Jaca, sino que es una corriente generalizada en muchas poblaciones, sobre todo en aquellas que están situadas en entornos rurales, como es el caso de Jaca.
“Es un tema complejo, porque el nivel de compromiso en la sociedad ha ido bajando no solo en el caso de la Semana Santa, sino también en otros ámbitos, porque es, sobre todo, un problema de relevo generacional”, reflexiona el presidente de la Junta de Cofradías, Carlos Lacadena, que está también al frente de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén.
La carencia de hermanos no atañe a todas las secciones de las hermandades por igual, sino que se acentúa más en aquellas en la que los pasos son portados a hombros.
“Para las bandas de bombos y tambores es más fácil conseguir personas”, explica, poniendo como ejemplo el caso de la cofradía que preside, la de la Burreta, como él mismo nomina. “Muchas veces son los padres los que vienen con sus hijos a tocar, creándose una costumbre que les empuja a seguir cuando van creciendo, esta vez acompañados de sus amigos”, indica.