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La zona de interés (The Zone of Interest, 2024)

Duración: 106 min. País: Reino Unido. Dirección:Jonathan Glazer. Guion: Jonathan Glazer. Novela:Martin Amis. Reparto: Christian Friedel, Sandra Hüller, Freya Kreutzkam, Ralph Herforth, Max Beck, Imogen Kogge, Ralf Zillmann, Christopher Manavi, Lilli Falk, Stephanie Petrowitz. Música: Mica Levi. Fotografía:Lukasz Zal. Productoras: A24, Film4 Productions, JW Films. Distribuidora: A24.


Durante décadas, el holocausto ha sido retratado por el cine con múltiples enfoques, casi siempre mostrando la barbarie, la sinrazón, el lado más oscuro de la condición humana en la época nazi. Claros ejemplos son: La lista de Shindler, de Spielberg, o El pianista, de Roman Polansky. Ambas películas tratan con crudo realismo, de una forma brutal, que nos remueve la conciencia, y que hace pensar cómo llegó a suceder algo tan monstruoso. Otra posibilidad, fue darle la vuelta, como ocurrió con El niño del pijama a rayas, de Mark Herman. Incluso, intentando restar sentido dramático, apareció Roberto Benigni, con La vida es bella, para extraernos una sonrisa en medio de tanta tragedia. Y ahora, nos encontramos con La zona de interés, un film de Jonathan Glazer, conocido por Under the Skin (2013).

En esta oasión, intenta colocarnos ante otro punto de vista, en el que los protagonistas son los que asumen el trabajo de verdugos, de vigilantes en una absoluta normalidad cotidiana. Presenta la historia de la familia Hoss, que vive junto a un campo de concentración, durante el holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial. El comandante de Auschwitz, Rudolf Höss y su esposa Hedwig, se esfuerzan en construir una vida de ensueño para su familia, en una casa con jardín cerca del campo. Junto al espanto, la vida de esta familia no distaría de aquellos que viven al lado de una fábrica, o en una zona residencial.

Resulta chocante observar las tareas domésticas, las conversaciones insustanciales, los rituales, mientras a lo lejos se intuye el humo de las chimeneas de los crematorios, y se escuchan gritos y lamentos todas las noches. Una familia, cuya única preocupación son sus reuniones sociales, sus preocupaciones por ascender en el trabajo, y de hacer cumplir lo que se les ha encomendado. Todos, en esa situación, no hablan de lo que ocurre a escasos metros. Hay un muro físico y mental que les permite ignorar lo que sucede al otro lado. Es una verdadera metáfora de lo que ocurrió con gran parte de la sociedad alemana, que, o no sabían, o no querían saber. Glazer ha creado una forma de distopía, una vida paralela a la realidad. Utiliza recursos sonoros muy rompedores, a cargo de Mica Levi, que impide olvidar el horror, tan próximo la casa, con sonidos y música que logran sobrecogernos.

Film muy brillante, con un análisis social tan horrendo como lo que no muestra la cámara. Ha sido un justo ganador del Oscar a la mejor película extranjera, en la última edición de la Academia de Hollywood, aunque nuestro orgullo patrio hubiera deseado que quien obtuviera el Oscar fuese Bayona.

Parthenope
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