
Girlboss
Año: 2017. Duración: 30 min (13 episodios). País:Estados Unidos. Dirección: Kay Canoon (creador), Christian Ditter, Jamie Babbit, Amanda Brotchie, Steven K. Tsuchida, John Riggi. Guion: Kay Cannon, Jake Fogelnest. Reparto: Britt Robertson, Johnny Simmons, Alphonso McAuley, Dean Norris, RuPaul. Música: Jeff Cardoni. Fotografía: Christian Rein. Productora y distribución: Netflix.
Estamos ante una miniserie que nos va a recordar los inicios de internet, cuando la humanidad vio el potencial comercial, aparecieron las primeras páginas web, y eBay era el principal medio para las compraventas privadas. Ahora nos parece cotidiano, algo que tenemos asimilado en nuestro día a día. Pero en ese momento, supuso una verdadera revolución. Esta serie es una versión libre, con advertencia en cada capítulo, de la vida de Sophia Amoruso. Fue la fundadora de un imperio de la moda: Nasty Gal. El planteamiento empresarial consistía en comprar ropa usada, la misma que podemos encontrar en un mercadillo, y que, una vez limpia, arreglada, o incluso transformada, venderla en eBay, que estableció unas reglas muy estrictas, y Nasty Gal las incumplió, lo que le obligó a buscar una alternativa para sus ventas. Producida por Charlize Theron, Christian Ditter y la propia Amoruso, cuenta con un guion que parece deslavazado al principio, para ir adquiriendo rotundidad conforme pasan los episodios. Ello no le impidió convertirse en millonaria, con tan sólo 28 años, y poseer una marca de referencia, que marcaba tendencia en la moda. Interesante miniserie, muy divertida, que, aunque pueda parecer algo frívola o superficial, abarca muchos aspectos sociales que nos hacen reflexionar. Como siempre, en este tipo de recreaciones biográficas, el púbico espera ver los comienzos duros de su protagonista, y contemplar cómo va ascendiendo.
Todo transcurre en la misma línea que algunos films, como The City, o El diablo viste de Prada; sin embargo, Girlboss posee un tono mucho más desenfado, casi macarra, con una protagonista que se siente adulta, pero se comporta como una adolescente egoísta. Buena interpretación de Britt Robertson, logrando que podamos sentir empatía por ella, u odiarla por sus comportamientos nada convencionales. Lástima que la productora decidiera no avanzar en la historia, mediante una segunda temporada. Porque no existen series así, desenfadadas, frescas, y llenas de vida, que no sigue los patrones comerciales para mantenerse rebosante de audiencia. Una pena…