Romance de los pastores. LAURA BLESA
Los organizadores del Carnaval de los Zarrapatrosos se encuentran “muy satisfechos” con la acogida que obtuvo esta fiesta popular el pasado sábado en Berdún, donde “hubo mucha gente vestida con los dos disfraces tradicionales” del municipio: el de zarrapatroso y el de cubre.
“Pequeños y mayores disfrutaron mucho con todos los actos”, señaló Eulalia Cirés, una de las vecinas que se implicaron en la organización del evento, que comenzó mediada la tarde con la representación de los dos romances: el antiguo de los pastores y el nuevo del propio carnaval de Berdún, que concluyó con el juicio a Carnestolendas en la hoguera y el consiguiente triunfo del Mulato.
Seguidamente, los vecinos de Berdún y la Charanga Destalentaus de Sabiñánigo realizaron una ronda por la parte alta del pueblo, que “estuvo muy animada” durante toda la jornada, a la que se dio continuidad por medio de una pequeña chistorrada popular y la cena junto a la hoguera, “antes de pasar a la parte más lúdica”, que contó con animación musical.
Como en anteriores ediciones, el carnaval tradicional de Berdún “es una fiesta en la que se implicaron varias generaciones y de la que disfrutaron los vecinos de todas las edades”. Desde la organización, destacan la colaboración del Ayuntamiento y de algunos de los vecinos (especialmente las mujeres), que “lo hacen posible”.
En esta ocasión, el programa de actos fue más pequeño ante la falta de tiempo para preparar esta fiesta y la necesidad de recargar pilas por parte de sus organizadores, cuya idea es ofrecer una edición más ambiciosa en el año 2025, cuando se vivirá la quinta edición moderna de esta celebración pagana, que se recuperó en 2019 y se vio interrumpida dos ejercicios por la pandemia.
La ilusión de los impulsores de la fiesta es que Berdún se vaya haciendo un hueco por méritos propios en el calendario de celebraciones del Pirineo oscense, que suele arrancar con el Carnaval Bearnés en Ansó y hace parada en otros núcleos montañeses como Bielsa, Torla, Nerín o Broto.