Para ver este sitio web deber tener activado JavaScript en tu navegador. Haz click aqui para ver como activar Javascript

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, muchas ciudades españolas que tenían la condición militar de “plazas fuertes” inician un proceso de modernización y renovación urbana. El primer caso, que serviría posteriormente de modelo para el resto, se produce en la ciudad de Barcelona, que en el año 1859 había dejado de ser “plaza militar”, dando lugar al derribo de sus murallas y la explosión –controlada y planificada– de la urbanización de su entorno a través del Plan de Ensanche de Ildefonso Cerdá.

La ciudad fronteriza de Jaca recupera su “libertad” urbana más tarde, en el año 1914, cuando el Gobierno de la nación decreta, mediante Real Orden de 30 de diciembre de 1914, que la ciudad deje de ser plaza fuerte militar, y le concede la aplicación de la Ley de Ensanche de 26 de julio de 1892, decisión que se completa con la Ley de 7 de enero de 1915 que autorizaba a los ayuntamientos de Pamplona y Jaca al derribo, por su cuenta, de las murallas que circundaban desde la Edad Media el perímetro urbano, quedando a su favor el aprovechamiento de los materiales y disponiendo que el espacio que ocupaban las murallas y sus caminos de ronda se enajenaran, después de ser deslindados y tasados, en pública subasta, con la concesión de derecho de tanteo a los dueños de las fincas colindantes, exceptuando de dicha enajenación los terrenos necesarios para vías públicas que quedarían de propiedad del municipio.

Firmado: JOSÉ LUIS BARTOLOMÉ NAVARRO (Jefe del Servicio de Urbanismo del Ayuntamiento de Jaca)

Imagen aérea de la Ciudadela de Jaca sin ejecutarse todavía las obras del vial Perimetral, a excepción de las correspondientes a la calle Pico Collarada y el Paseo Manuel Giménez Abad. ARCHIVO/EL PIRINEO ARAGONÉS

No hay comentarios todavía

Los comentarios están cerrados