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“La carísima telecabina, afortunadamente defenestrada, habría convertido las estaciones del Aragón en una isla, ya que Astún carecía de medios aéreos desde el fondo de su valle. Con los fondos de aquella telecabina se habría podido ir desarrollando el abanico de medios aéreos dibujado en el mapa, a partir de Canfranc. Un conjunto propio de su valle, con unos aparcamientos escalonados hasta Villanúa y con Jaca en su base”

Croquis sobre la conexión de Canfranc con Formigal a través del valle de Izas, realizado por el propio autor del artículo.

Hace 25 años, lo decía este periódico, Astún y Candanchú anunciaban su unión comercial y física. Lo hacían los representantes de ambos centros, Jesús Santacruz y Eduardo Roldán, un inversor particular y el representante de la sociedad Etuksa. Y en ese momento, en el siglo pasado, declaraba Roldán: “Astún y Candanchú son dos estaciones encaminadas a convertirse en una, y esa es nuestra prioridad. En realidad, se trataría de unir las pistas de una única estación”. Y asegura que había “quedado claro que el hermanamiento que están viviendo Astún y Candanchú “solo será válido con Formigal si se hace la unión por Izas. Cuando Formigal conecte con Astún y Candanchú, entre las tres estaciones, más la de Izas, constituirán el mayor dominio deportivo de invierno en España”. Para él, ‘la prioridad de Formigal es unirse con Canfranc’ (se trataba del primer Formigal, frente a la gran urbanización), y la nuestra ‘unir Astún con Candanchú’. Vamos a ver si podemos hacerlo paralelamente y que una cosa no vaya más atrás de la otra. Si lo hacemos, habremos realizado la unión de las estaciones. En realidad, como dijimos, sería unir las pistas de una sola estación”.

A destacar de lo anterior dos contenidos. El primero, que Astún y Candanchú sean una misma estación, como lo son los distintos niveles de otras, como Saint Lary-Soulan, Bagnéres o Cerler cuando se acceda desde Benasque. El segundo, que el hermanamiento con Formigal solo será posible si se hace la unión por Izas.

Algunas de las cuestiones que voy a tratar ahora se han publicado, enhebradas de otra manera, en el Diario del AltoAragón para que pudieran ser más leídas y aprovechadas allí, en un medio con mayor tirada y más accesible a los responsables políticos aragoneses en las instituciones regionales y provinciales y en las dos Cámaras del Congreso.

En aquel artículo, reivindicativo y protestón, que habrán leído algunos, lo más interesante era el siguiente párrafo: “Al valle del Aragón y al Sobrarbe, en el menú de la vertebración territorial, les ha tocado lo que en el refranero se llama “El chocolate del loro”. Mientras el presidente de Aragón declara que “el proyecto para el Sobrarbe estará en 2025 en 4 o 5 millones, para “cicloturismo” y se repite la simple unión de las aisladas pistas de Candanchú y Astún, el Grupo Aramón, en la campaña 2021-2022 ganó 10,9 millones con sus estaciones de esquí. El grupo, participado al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, gestiona las estaciones de esquí de Panticosa, Formigal, Javalambre y Valdelinares y ahora Cerler. Los socios aseguran que es su intención continuar prestando el apoyo necesario para financiar las inversiones previstas, con el compromiso de realizar ampliaciones de capital en función de las circunstancias”. ¿Qué inversiones tendrán previstas y a que territorios afectarán? ¿Tendremos comida y cena después del desayuno chocolatero?

Días después de enviar aquel artículo, leí que Antonio Gericó, presidente del Grupo Aramón, y la vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, habían presentado en Madrid las inversiones del grupo para esta campaña “revalidando su compromiso con los valles reinvirtiendo los beneficios de la temporada pasada”. Con algunos valles; nada para el Sobrarbe y el valle del Aragón, donde están, con otros dineros, las estaciones de fondo francesa y española, el circuito de biatlón de Candanchú y el Tobazo, esa montaña tan divertida para Pepe Arias, hermano de nuestro campeón olímpico.

Antonio Gericó y Mar Vaquero, en la presentación de la temporada 2023-2024 del Grupo Aramón en Madrid. ARAMÓN

Entre tanto, paradójicamente se publican informaciones sobre las estaciones proscritas, entre ellas las siguientes: “Por segundo año consecutivo, Astún-Candanchú 100K es reconocido como destino de primer nivel en España y Europa por los World Ski Awards, la iniciativa global que distingue y premia la excelencia en el turismo de esquí. Los votos son emitidos por profesionales de la industria del esquí (altos ejecutivos, operadores turísticos y medios de comunicación) y por el público consumidor de turismo de esquí en diversas categorías. Días después, en la gala mundial de los mismos World Travel Awardscelebrada en Dubái –se dice que esta vez a través de la campaña Huesca la Magia– solo fue superada por las Azores como segundo destino de aventura del mundo. Me honran con la cita de la Magia que promoví en su origen, pero el mérito es de la estación.

Mientras, una localidad, Canfranc, una estación, un gran hotel y el restaurante Canfranc-Express, con una estrella Michelín, están pidiendo a gritos ser el arranque de medios aéreos que los unan con las descolgadas estaciones de su cuenca y con el valle de Izas del Alto Gállego, donde están las pistas del primer Formigal, la más inmediata a Sallent. (véase el mapa con los medios aéreos precisos resaltados con doble trazo). Antes, el Grupo Aramón ha ido promoviendo, en Formigal, otras dos estaciones de esquí aguas arriba del Gállego. La carísima telecabina, afortunadamente defenestrada, habría convertido las estaciones del Aragón en una isla, ya que Astún carecía de medios aéreos desde el fondo de su valle. Con los fondos de aquella telecabina se habría podido ir desarrollando el abanico de medios aéreos dibujado en el mapa, a partir de Canfranc. Un conjunto propio de su valle, con unos aparcamientos escalonados hasta Villanúa y con Jaca en su base.

Con Un día esquiando en Aragón, anuncia el Gobierno aragonés, y como esto siga así, más bien debería decir Un día esquiando en Aramón, que es donde venden.

El conjunto de lo descrito es cierto, y los que siguen, impávidos, alimentando tales injusticias, deberían avergonzarse de ello en lugar de exhibirse tanto.

Firmado:  CARLOS GARCÍA MARTÍNEZ
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