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El empresario aragonés, que se sentía “profundamente jacetano”, falleció en Zaragoza a los 78 años de edad

César Alierta en un encuentro con los escolares de Villanúa y Canfranc en mayo de 2019. EL PIRINEO ARAGONÉS

El empresario aragonés César Alierta, presidente de Telefónica entre los años 2000 y 2016 y de la Fundación Telefónica hasta 2022, falleció este miércoles 10 de enero en Zaragoza, a los 78 años de edad. Impulsor de inversiones empresariales en sectores estratégicos como la hostelería, el deporte, el turismo y la digitalización, Alierta fue una de las figuras empresariales aragonesas y españolas más prestigiosas y relevantes del ámbito económico y las telecomunicaciones, además de “un hombre comprometido con el impulso de la innovación empresarial y el desarrollo socioeconómico de Aragón y de España”, como se ha indicado desde la confederación empresarial CEOE Aragón.

Referente empresarial de talla mundial, fue también una persona “sencilla y modesta”, como recuerdan los que lo conocieron y trataron con él en su querida Jacetania, a la que siempre estuvo unido.

En 2011, tras ser nombrado hijo adoptivo de Villanúa, donde tenía la casa familiar, dejó el testimonio de esta querencia. “En estos momentos lo que siento es agradecimiento, una afirmación de mi amor y gratitud para esta tierra y también el recuerdo de personas, de hogares, de vivencias. Tengo el orgullo de ser y sentirme aragonés”, aseguró emocionado, evocando que sus primeros recuerdos de su vida siempre estuvieron asociados al Pirineo, a Jaca y Villanúa, “a una vida en libertad, alegre”. “Todos sabemos que una de las satisfacciones más profundas que un ser humano puede experimentar es esta muestra de aprecio por parte de su tierra. El nombramiento de hijo adoptivo es eso y mucho más. Yo no puedo encontrar mejor justificación para haber sido honrado con ella que mi profundo amor por Villanúa”, dijo Alierta en aquel acto.

El compromiso con la Jacetania, unas veces impulsando proyectos relacionados con la digitalización, otras con el patrocinio y mecenazgo a través del deporte y la cultura, fue continuo y generoso. Una de esas manifestaciones fue la participación directa de Telefónica en el desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, a través de un convenio que se firmó en 2009 con la Comarca de la Jacetania. Dentro de este campo, en mayo de 2019 mantuvo un encuentro con los alumnos y profesores de Infantil y Primaria del CEIP Collarada de Villanúa y Los Arañones de Canfranc, para hablar de la importancia de la educación digital y las oportunidades de futuro que esta ofrece a los jóvenes. El encuentro concluyó con la entrega de material (tabletas digitales) al alumnado y profesorado para que lo pudieran utilizar en sus clases y actividades educativas.

En el ámbito de la cultura, en 2016 inauguró la biblioteca del Casino Unión Jaquesa, dedicada a su padre, Césareo Alierta Perela, que fue presidente de este centro social y recreativo jaqués entre 1947 y 1955, además de impulsor de la anterior biblioteca, situada en la planta segunda, y que se quemó en el incendio de 1969. Dos años más tarde, participó en la inauguración de la restauración del órgano de la Catedral de Jaca, trabajos que ascendieron a más de 321.000 euros y que César Alierta sufragó personalmente. Una placa descubierta en el interior de la catedral recuerda a sus abuelos maternos, Mariano Yzuel Barba y Francisca Labat Murillo, “grandes entusiastas de la Catedral de Jaca y de su órgano”.

Estas son solo algunas de las muestras del aprecio y cariño que Alierta sintió hacia la Jacetania y que le llevaron igualmente a patrocinar al CH Jaca y al CF Jacetano, club que presidió su padre en el año 1950. A ello, hay que añadir su implicación como accionista en el grupo empresarial Ibernieve, que adquirió la estación de Candanchú.

César Alierta durante su etapa al frente de Telefónica en una fotografía de archivo facilitada en su día por la propia compañía de telecomunicaciones.

César Alierta nació el 5 de mayo de 1945, era licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y Máster en Administración de Empresas por la Universidad de Columbia (Nueva York) en 1970. Entre sus múltiples reconocimientos, en 2010 recibió la Medalla de Oro de la Ciudad de Zaragoza y en 2016 la CEOE Aragón le concedió el Premio Empresario de Aragón en su primera edición.

Al igual que con la Jacetania, Alierta mantuvo una fuerte vinculación con la comunidad autónoma y con la ciudad de Zaragoza, y lideró procesos empresariales de gran calado tanto en Tabacalera, que presidió desde 1997, como en la expansión internacional y digitalización de Telefónica hasta convertirla en un operador mundial.

En julio de 2018, con motivo de la inauguración de la XXXIV Academia Europea de Jaca, habló de la importancia de hacer real un mundo digital, anticipando algunas de las evidencias que ya se están constatando. “Seis o siete de cada diez niños del mundo trabajarán en un futuro en profesiones que hoy no existen”, aseguró entonces, resaltando la importancia de introducir la educación digital en las aulas, a todos los niveles. “No podemos esperar mucho tiempo porque se corre el riesgo de perder un potencial espectacular”, manifestó.

Con su muerte, la empresa y Aragón pierden “un gran activo de enorme valía personal y profesional”; y la comarca de la Jacetania, un amigo y aliado incondicional. También se va “una forma de entender la empresa que ya no volverá”, como podía leerse en uno de los obituarios recogidos por la prensa nacional.

En la fotografía de portada, Alierta descubriendo una placa dedicada a su padre en la biblioteca del Casino Unión Jaquesa, en 2016. EL PIRINEO ARAGONÉS
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