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Julián Ruiz se despidió de los fieles en una emotiva misa

El obispo Julián Ruiz se despide de los fieles al finalizar la misa en la catedral. RICARDO GRASA

Julián Ruiz, el que fuera obispo de Huesca y Jaca desde 2011, ofició su misa de despedida durante el pasado viernes ante un buen número de fieles jaqueses que llenaron los bancos de la Catedral y muchos de los cuales quisieron saludarle personalmente al término de la eucaristía.

“Quiero agradecer vuestra presencia, y las muestras de amistad y afecto recibidas durante estos 12 años y 9 meses que he coincidido con vosotros. Aquí dejo un fragmento de mi vida”, comentó Julián Ruiz, que mañana, día 23, va a tomar posesión como obispo de Sigüenza-Guadalajara, asumiendo “con alegría y gozo” el nuevo cometido dispuesto por el Papa Francisco.

“Rezo para que pronto encontréis un nuevo pastor. Os pido que lo recibáis con alegría y esperanza. Y colaborando en los proyectos”, continuó el obispo, que nació en Cuenca y cumplirá 66 años el 19 de enero, despidiendo su intervención inicial con un “gracias, perdón y hasta siempre”.

Acto seguido, el vicario, Fernando Jarne, cedió el micrófono al Consejo Pastoral, representado por el director de Cáritas, Marcos Lera, quien definió a Julián Ruiz como “una persona sencilla, observadora y cercana, un verdadero pastor”. “Así lo hemos sentido estos casi 13 años”, dijo.

También intervino la presidenta local de Manos Unidas, María José Piñeiro, destacando “la actitud de servicio y la puntualidad” de Julián Ruiz. “Ha sido el primero en llegar y el último en irse, ha recorrido la Diócesis y se ha interesado por la situación personal de todos”, señaló, concluyendo que “fue un buen obispo, que nos pastoreó con firmeza, servicio y dedicación”.

La recta final de la ceremonia estuvo marcada por la entrega de obsequios a Julián Ruiz por parte de Cáritas, Manos Unidas, la Real Hermandad de Santa Orosia y la Junta de Cofradías de Semana Santa. De igual modo, le entregaron sendos presentes las Fuerzas Armadas, tanto el Regimiento Galicia 64, como la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE).

Una vez finalizada la emotiva ceremonia, Julián Ruiz señaló que “hay que venir de casa llorado” y dijo “vivir muchos momentos de gozo” en el palacio de la calle del Obispo, quedándose a los pies del altar, donde recibió a los fieles que quisieron despedirse.

Varios momentos de la misa de despedida al obispo de la diócesis de Jaca, Julián Ruiz Martorell, en la catedral. RICARDO GRASA
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