El Museo de Miniaturas Militares de la Ciudadela de Jaca ha incorporado una visita interactiva para conocer los detalles y personajes que aparecen reflejados en la gran maqueta que recrea la última guerra napoleónica
Raúl Quílez, Diego Fernández, Alfredo González, Francisco Rubio y Joaquín Moreno presentado la nueva instalación virtual dedicada a la batalla de Waterloo. EL PIRINEO ARAGONÉS
El Museo de Miniaturas Militares de la Ciudadela de Jaca ha incorporado a su oferta expositiva una instalación que permite al visitante recorrer y explorar la gran maqueta que recrea la batalla de Waterloo. Se trata de una experiencia virtual e interactiva que ayuda a conocer los lugares en los que se desarrolló la contienda que acabó con el imperio napoleónico y que pone cara a los principales personajes que estuvieron al frente de aquel episodio bélico. Es una propuesta experiencial innovadora y puntera que, como señala Diego Fernández, artífice y promotor de esta iniciativa y exdirector de este espacio museístico, “solo se puede ver en museos como el Thyssen o el Prado”. “En nuestro caso, tenemos la fortuna de que el Consorcio [del Castillo de San Pedro] siempre ha apostado por acciones punteras”, valora Fernández, que también resalta el trabajo en equipo y la gran coordinación que existe con los creadores y autores de la maqueta de Waterloo, Raúl Quílez y Alfredo González, que han aportado a este proyecto el gran conocimiento que tienen de esta batalla después de cuatro décadas de investigación y trabajo en torno a un episodio que es clave en la historia de Europa.
La batalla de Waterloo fue un combate que tuvo lugar el 18 de junio de 1815 en las proximidades de Waterloo, una población de la actual Bélgica, situada a unos 20 km al sur de Bruselas, en el que se enfrentó el ejército francés, comandado por el emperador Napoleón Bonaparte, contra las tropas británicas, neerlandesas y alemanas, dirigidas por el duque de Wellington, y el ejército prusiano del mariscal de campo Gebhard von Blücher. Tras la vuelta del emperador dando inicio al periodo conocido como los Cien días, al reunirse la Séptima coalición contra él, Napoleón decidió invadir los Países Bajos, lugar de reunión de las tropas de la nueva alianza. La batalla significó el final definitivo de las guerras napoleónicas.
Algunos detalles de la maqueta de Waterloo y miniaturas relacionadas con el periódico histórico que se recrea. EL PIRINEO ARAGONÉS
La maqueta de la batalla de Waterloo tiene una superficie de 15 metros cuadrados y ocupa una sala entera del Museo de Miniaturas Militares. Es el trabajo de toda una vida, al que se han entregado los miniaturistas Raúl Quílez y Alfredo González, y al que todavía se siguen incorporando nuevos elementos. “Cuando se colocó la maqueta en el museo, en 2017, había 8.000 piezas y ahora vamos ya por las 9.000”, explica Quílez, que señala que, para llegar hasta este punto, han pasado 40 años, con periodos de mayor o menor actividad. “Si hubiéramos trabajado de forma continua en la maqueta, habríamos tardado unos 4 o 5 años en completarla”, resume Quílez, satisfecho, al igual que su compañero, de que la escenificación de la batalla pueda contemplarse en el Museo de Miniaturas Militares de la Ciudadela de Jaca, un lugar de referencia en su género y donde la maqueta adquiere su verdadera dimensión y relevancia.
A ello, ayuda ahora la posibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías de ahondar en la historia y los detalles que se representan fielmente en esta recreación idealizada de la contienda.
“Cuando montamos la maqueta, con Raúl y Alfredo nos quedó la sensación de que faltaba algo de explicación sobre lo que se representaba en ella, a pesar de que existen muchos textos en los que se habla de Waterloo y de sus protagonistas”, indica Diego Fernández.
La visita interactiva virtual ha permitido llenar ese vacío, de manera que el visitante disfruta ahora de una experiencia completa. “Se han recreado siete momentos diferentes de la batalla, explicados en su mismo entorno”, apunta Fernández, que resalta la labor de campo aportada por González y Quílez facilitando toda la información histórica sobre el combate y sus personajes”, incluyendo al general Miguel Ricardo de Álava, uno de los héroes de la Guerra de la Independencia que jugó un papel determinante en Waterloo.
Para recrear el escenario de manera virtual se realizaron fotografías aéreas de la maqueta, empleando una cámara de 360°, que luego hubo que ensamblar para conformar una sola imagen sobre la que trabajar. Posteriormente se incorporó el cielo –nublado como en la jornada de la batalla– y sobre todo ese conjunto se fueron añadiendo los elementos que permiten moverse por el decorado: flechas direccionales para trasladarse de una escena a la siguiente y botones interactivos que dan acceso a los contenidos: fotografías, videos y textos que se despliegan cuando se pulsa sobre ellos.
Diego Fernández explicando las características del asistente virtual. EL PIRINEO ARAGONÉS
La visita virtual puede realizarse a través de una pantalla táctil que se ha colocado junto a la maqueta, una instalación que se quiere ampliar con el tiempo para que los contenidos puedan ser consultados por varios usuarios a la vez. También es posible hacerlo por medio de un dispositivo móvil o una tablet, descargando el QR que da acceso a la pantalla y sus contenidos, o bien directamente a través de la web de la Ciudadela de Jaca.
Otra opción, muy interesante y recomendable, es utilizar unas gafas de realidad virtual, que hacen que la experiencia sea totalmente inmersiva, situando al visitante sobre el campo de batalla, pudiendo avanzar de un punto a otro de la maqueta, como si fuera un observador directo. El Museo de Miniaturas Militares no dispone de gafas de realidad virtual, por lo que deben ser portadas por los propios interesados que acceden a la sala.
Como señala el director del Castillo de San Pedro, el coronel Francisco Rubio, que próximamente dará el relevo al nuevo director, Joaquín Moreno, gracias a esta iniciativa se ha conseguido que el visitante tenga un conocimiento más detallado de una batalla que es “compleja” y “difícil de seguir” en una maqueta en la que aparecen más de 9.000 piezas. “Con la solución tecnológica que ha encontrado Diego Fernández este problema se resuelve” y, además, da la posibilidad de moverse por el escenario y descubrir todos los detalles que los miniaturistas han recreado con fidelidad a la historia y los hechos acaecidos hace más de doscientos años en Waterloo, concluye.