Los alumnos de los Cursos de Verano recordaron al poeta granadino en el 125.º aniversario de su nacimiento
Alumnos recitando poemas de Federico García Lorca en el salón de actos del Casino Unión Jaquesa. CASINO UNIÓN JAQUESA
Como se lee en uno los textos de la exposición permanente La casa ilustrada, que puede verse en los pasillos de la Residencia Universitaria de Jaca, Federico García Lorca “fue el poeta con mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX”. El granadino, del que este año se celebra el 125.º aniversario de su nacimiento, participó en los Cursos de Verano de 1933, cuando llegó a Jaca al frente de La Barraca, la compañía teatral patrocinada por el gobierno de la República para poner en escena representaciones de teatro clásico por toda España.
Lorca acudió a Jaca el 25 de agosto de 1933, es decir, hace justo 90 años, como director de la compañía, junto a Eduardo Ugarte, del Teatro Universitario La Barraca, “dentro de la gran gira que albergaba la institución de ir renovando la escena española, aunque fuese a partir de obras de artistas clásicos, pero sobre la base de cambiar la plástica escénica y de colaborar con pintores de vanguardia”, como se recuerda en esta exposición de obligada visita para las personas que quieran conocer los Cursos de Verano a través de algunas de las personas más ilustres que los hicieron posibles desde su fundación por Domingo Miral en 1927 hasta nuestros días.
Lorca obsequió a los estudiantes extranjeros de la Residencia de Jaca con un recital de sus propios versos, pero la representación de Fuenteovejuna en el Teatro Unión Jaquesa no pudo celebrarse, pues fue tanta la aglomeración de gente en las puertas del teatro que se generó un problema de orden público y hubieron de intervenir las fuerzas de seguridad. Se habían repartido previamente invitaciones, pero los cientos de personas que intentaban acceder no llevaban entrada. La bronca fue de tal calibre que hubo de suspenderse la función.
Federico García Lorca fue fusilado en la madrugada del 18 de agosto de 1936 y el Teatro del Casino Unión Jaquesa, “una ilusión jacetana” que fue posible “gracias al tesón de unos cuantos y unas aportaciones desinteresadas” (en palabras de Antonio de Padua Tramullas), desapareció del paisaje urbano de Jaca en marzo de 1973.
Recreación de Federico García Lorca y la Residencia Universitaria de Jaca generada por Inteligencia Artificial (Leonardo).
Este jueves, 24 de agosto, la Universidad de Verano, el Casino Unión Jaquesa y la figura de Federico García Lorca volvieron a reencontrarse en el acto de despedida que desde hace unos años organiza el propio Casino en este espacio de recreo, ocio y cultura tan arraigado en la vida de los jacetanos.
El acto contó con la presencia del director de los Cursos de Español como Lengua Extranjera, Vicente Lagüéns, el presidente del Casino Unión Jaquesa, Pedro Juanín, y la presidenta de la Asociación de Empresas de la Jacetania (ACOMSEJA), Marian Bandrés, además de un grupo de unos 40 alumnos de diferentes nacionalidades (alemanes, americanos, indios, franceses, chinos y, sobre todo, japoneses) que han participado en los Cursos de Verano de este año. Ellos fueron los que pusieron música y voz a los poemas de Federico García Lorca, a versos Del amor desesperado (Ni la noche ni el día quieren venir / para que por ti muera / y tú mueras por mí), incluido en el poemario Diván del Tamarit; o de Campo, poema publicado en 1920, que comienza con una estrofa muy apropiada para los calurosos días de verano en los que nos encontramos (El cielo es de ceniza. / Los árboles son blancos, / y son negros carbones / los rastrojos quemados), entre otras muchas composiciones poéticas que escribió Federico.
Resultó una velada divertida, distendida, amena y, sobre todo, emotiva, al poder escuchar en el viejo casino los poemas lorquianos, evocando, como si de un viaje en el tiempo se tratara, aquella llegada de la compañía La Barraca en agosto de 1933, para representar una obra teatral que no pudo ser. Esta vez, sí sonaron las voces de los alumnos de los Cursos de Verano al coro de Fuenteovejuna, “todos a una”, no para saber quién mató al comendador sino para recordar a Federico y celebrar su obra.