“La irrupción de la IA en la educación plantea grandes desafíos como el riesgo de perpetuar visiones sesgadas. Es necesario que educadores, desarrolladores y estudiantes colaboren para garantizar un enfoque crítico que permita que la IA sirva como herramienta de empoderamiento y no como perpetuadora de prejuicios”

Si basamos la educación en el contenido que hay en internet, estaremos perpetuando una visión completamente sesgada.
En los últimos artículos hemos visto cómo la llegada de la IA (inteligencia artificial) al ámbito educativo va a suponer una completa transformación de la forma que tenemos de entender la educación en un espacio muy corto de tiempo. Es lo que tiene la democratización tecnológica.
Cuando hablamos de transformar la educación no hablamos de aulas futuristas, sino de la omnipresencia de la IA en dispositivos tan cotidianos como nuestros teléfonos móviles, lo que supone un abanico de oportunidades inabarcable. Sistemas que pueden adaptar el contenido a las necesidades individuales de cada estudiante, superando las limitaciones del actual sistema.
Pienso que la revolución que supone la llegada de herramientas tipo Chat GPT, significa una gran oportunidad para democratizar la educación a nivel global.
Que cualquier alumno, sin importar su nivel socioeconómico pueda disponer de la mejor herramienta educativa que se haya inventado jamás, es una noticia maravillosa; sin embargo, también plantea importantes desafíos.
Un algoritmo de IA es tan bueno (o malo) como los datos de los que se alimenta. Si estos datos están sesgados, la IA replicará y amplificará ese sesgo. Si implementamos chat gpt “a pelo”, basará sus respuestas en lo que encuentre en Internet, o directamente se lo inventará.
¿Qué es internet? Una gran base de datos generada en su mayoría por hombres, blancos y anglosajones.
Si basamos el contenido de nuestra educación en internet, estaremos perpetuando una determinada visión de la historia, de la ciencia o de la religión. Es lo que algunos han denominado como la colonización del currículum.
Si a una base neuronal entrenada con toda la información que hay en internet le pedimos que elabore un listado con los mejores matemáticos del mundo, probablemente no incluya nombres femeninos en la lista, porque está perpetuando una visión del mundo acorde a la de sus creadores.
La llegada de la IA a la educación conlleva una gran responsabilidad. Es esencial la colaboración entre educadores, desarrolladores y estudiantes. Si los estudiantes utilizan estas herramientas sin la comprensión adecuada sobre sus sesgos y limitaciones, el riesgo de que crezcan sin ningún tipo de capacidad de análisis crítico es muy alto. Personas que confían ciegamente en la tecnología porque son incapaces de cuestionarla.
La IA no solo concede el poder de diseñar y adaptar contenidos basados en las necesidades específicas de los estudiantes. Al disponer de un gran conocimiento sobre las necesidades de los propios alumnos, con muy poco esfuerzo, el profesor podrá ajustar y refinar constantemente sus materiales. En realidad, es mucho más, permite a los docentes convertirse en arquitectos de una educación más inclusiva y adaptativa, basada en las necesidades de cada alumno.
La educación es la herramienta de empoderamiento más poderosa que existe, depende de nosotros que sea socavada no por la propia IA en sí, sino más bien, por las personas que la diseñen.