
Vacaciones de verano (cine comercial)
Duración: 100 min. País: España. Dirección:Santiago Segura. Guion: Marta González de Vega, Santiago Segura. Reparto: Santiago Segura, Leo Harlem, Patricia Conde, Florentino Fernández, Santiago Urrialde, Fernando Gil, Antonio Resines, David Guapo, El Monaguillo. Música: Roque Baños. Fotografía: Javier Salmones. Productora: Chapuzas Audiovisuales y Atresmedia Cine.
Nunca hemos comprendido el fenómeno de Torrente. Su primera etapa, podría ser aceptable, pero el resto es infumable. Tampoco nos explicamos, cómo Santiago Segura se las ingenia, para colarles, tanto al público infantil como juvenil, algunas de sus últimas producciones. Sin embargo, hay que reconocerle el mérito de tener conexión con el público familiar, y convertir cualquiera de sus películas en éxito de taquilla. Cuando comenzó como cineasta, podía resultar provocador, a la par que casposo. Pero ahora, se halla enquistado en lo políticamente correcto, con chistes medidos para no ofender a nadie. Desde su saga, hasta estos momentos, ha cambiado bastante. Dista mucho de renovar el cine español, como pretendía entonces, huyendo de las comedias al uso, e intentando crear un cine de mayor calidad. La cuestión fundamental de los últimos años, está en que parece que realiza la misma película, con prácticamente los mismos actores, variando el contexto, y sin demasiada complicación. Y aun así, incomprensiblemente, tiene garantizado el éxito comercial. Es cierto que, por aquello que narra, algunos sectores de población se puedan sentir identificados. Nuevamente utiliza a dos padres separados, sin oficio ni beneficio, que aceptan un trabajo temporal. Además, como es costumbre, añade en la ecuación a los hijos de los protagonistas. Engaños, ocultación de la verdad, y todo ello conforma un desastre ya previsible. Leo Harlem, ciertamente, demuestra que es un actor cómico rotundo, interpretándose a sí mismo en cada papel, y que logra sacarnos una leve sonrisa por lo desustanciado que resulta. Santiago Segura, como actor, sin comentarios. Del resto del reparto, Patricia Conde, Florentino Fernández o Santiago Urrialde, sin pena ni gloria, en sus habituales casillas televisivas, aunque llevadas a la gran pantalla, y con la sobreactuación como bandera. Además, con desgana, como sabiendo de antemano, que su trabajo en el cine, tiene carácter alimenticio. Se salva el reparto infantil, bastante acertado.
Segura ha dado en el clavo al encontrar un filón en este tipo de género suavizado de comedia, con un refrito entre Papá Canguro (2003, Steve Carr), Mi colega Dunston (1996, Ken Kwapis) y The Heartbreak Kid (2007, Bobby & Peter Farrelly). Al menos, sabe buscar referentes más o menos fiables, pretendiendo así, demostrar su conocimiento cinematográfico. Un conjunto absolutamente predecible, vacío e insulso, y carente de chistes eficaces. Chapuza rotunda, como el propio nombre de la productora del film, que ya augura lo que pretenden hacernos digerir.
Se puede ser alternativo, incluso cuestionar aspectos sociales, con mayor o menor grado de acidez… Lo triste y lamentable es la elección de vender el alma con el fin único de obtener beneficios económicos.
Por otra parte, la “crítica especializada”, de forma incomprensible, parece inclinarse sin reparos ante Santiago Segura…