Los grupos interactuaron con el público en el desfile final, que estuvo muy animado y concurrido. FESTIVAL FOLCLÓRICO PIRINEOS
Con el desfile de clausura, celebrado este domingo, concluyó un Festival Folclórico de los Pirineos que resultó concurrido, animado y participativo. Se recuperaron los pasacalles y los desfiles de apertura y final, después de la pandemia, y ese hecho permitió disfrutar del Festival de siempre y que el público, tanto local como visitante, celebrara con ganas el poder estar en contacto con los grupos en la calle, bailar con ellos y envolverse en ese espíritu que caracteriza a este certamen folclórico desde su nacimiento. La música y las danzas, procedentes de culturas tan distantes como diferentes, se aúnan en Jaca y van de la mano de un público receptivo, en un entorno como el casco histórico que siempre arropa al Festival y que hace que sea tan especial.
La organización calcula que unas 55.000 personas pudieron reunirse este domingo en la ciudad, coincidiendo con el desfile que puso el punto y final a cinco intensos días de actividades que se han desarrollado en los diferentes escenarios que se habilitaron para ver los espectáculos programados, entre ellos el Pabellón del Festival, el Palacio de Congresos y el kiosco del paseo de la Constitución, todos ellos muy concurridos.
Se instalaron unas 3.000 sillas para ver desfilar a los grupos por el recorrido habitual, con salida en el paseo de Invierno, en la avenida Oroel, para continuar por la calle Mayor, desde el portal de Monjas hasta la confluencia con las avenidas Primer Viernes de Mayo y Regimiento Galicia, donde acabó la fiesta cuando ya anochecía.
El desfile estuvo encabezado por el equipo de azafatas y auxiliares y la Banda Municipal de Música Santa Orosia, seguido de los grupos de Galicia, Indonesia y Uganda, para continuar con el Grupo Uruel de Jaca, Argentina, Asturias y el Grupo Foclórico Alto Aragón. Tras ellos, Uruguay, Zimbaue, Martinica, Macedonia del Norte, el Grupo Folclórico Santiago de Sabiñánigo, Eslovaquia y México, cerrando la comitiva los Sbandieratori Ducato Caeatani, lanzando sus banderas al cielo.
Como se indica desde la organización, y a falta de hacer el balance final de cifras y valoraciones, este verano Jaca volvió a convertirse, una vez más, en “la capital mundial del folclore”.